España está para comérsela: pueblos con nombres comestibles

¿Planeando una escapada en Semana Santa? ¿El dinero no te da para destinos exóticos? Con lo bonita que es España, ¡qué más te da! Esas montañas verdes al norte, esas playas azules al sur y ese gracejo natural que Dios nos dio para bautizar pueblos y ciudades con nombres rarunos. ¿Sabías que existe una cantidad ingente de rincones con nombres relacionados con las cosas del comer y del beber? Dan para elaborar un menú. Y a la vuelta, presumir de vacaciones.

Si siempre has querido conocer Extremadura éste el momento. Aprovecha que Cáceres ostentará durante todo 2015 el título de capital gastronómica española y tras catar su jamoncito, unas migas, una Torta del Casar y unas cerezas del Jerte vete de ruta por la provincia y busca el Gordo, Aceituna y Morcillo. Y recuerda, las aceitunas no engordan. La morcilla sin moderación, sí.

Si te tira más el norte acércate a Cantabria y disfruta de las conservas de pescado, los quesucos de Liébana, el aguardiente de orujo y el ‘sobao’ y la ‘quesada’ pasiega. Y cuando acabes sal a pasear por Ajo y descubre la playa, la ría y el cabo del mismo nombre. Querida Victoria Beckham, como se nota que nunca pisaste Cantabria, te mirarías el ajo con otros ojos.

Si esperas la temporada para degustar la matanza o un buen plato de caza tu destino es Toledo. Pídete una perdiz ‘a la toledana’ o una carcamusa y de postre no te olvides que estás en la cuna del mazapán. Con el estómago lleno pregunta por los pueblos de Pepino, Cebolla y Membrillo. Y a ver cómo maridas la ruta, majete.

Visitar a 'La Pilarica' nunca está de más. Y si estás en Aragón en Semana Santa casi es obligado entrar a saludar a la Virgen. También es imprescindible mojar pan en aceite, pedir jamón y ternasco, comerse un melocotón de Calanda y regarlo todo con un vino de Cariñena. Y comprobar que Teruel existe y que tiene un municipio con nombre comestible. O no. Pancrudo se llama. Como el río vecino.

¿No te importa pasar por Tocina (Sevilla)? Antes, tres visitas muy dulces para cerrar tan sabrosa lista. En Ourense, Galicia, en la Comarca del Ribeiro, encontrarás buenos vinos y el complejo cisterciense de Melón, en el concello frutal del mismo nombre. En la Campiña Segoviana, puedes acercarte a Coca y comprobar si hay alguna ídem destacable en la reconocida oferta postrera de la provincia. Y en la zona de Lleida, también famosa por su repostería, haz un stop en Les Avellanes, un pequeño pueblo de la comarca de La Noguera (El Nogal) y dale a los frutos secos. Lo dicho, esta Semana Santa, cómete España.