CUIDA TU PIEL

¿Crees que tus cosméticos no funcionan? Esto es lo que estás haciendo mal

Por más caros que sean los cosméticos que te compres, si cometes los errores que recogemos en este artículo nunca te van a funcionar como deseas. Sigue leyendo para descubrir como optimizar tu skincare.

Mujer haciendo su rutina de belleza

Mujer haciendo su rutina de bellezaPexels

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Cuando se trata de cosméticos, es fácil sentirse abrumado por la cantidad de opciones disponibles. Sérums, brumas, cremas, mascarillas, parches, etcétera. ¿Cómo saber qué productos funcionan para ti?

Ante tanta oferta, a menudo culpamos a los productos por no cumplir con sus expectativas, sin embargo, a veces el problema radica en la forma en que los aplicamos o integramos en nuestra rutina de belleza.

Esto es lo que hacemos mal

Si tus productos cosméticos no cumplen con tus expectativas, antes de guardarlos en un cajón del baño para no volver a usarlos jamás, asegúrate de corregir los siguientes errores que podrían estar arruinando tu rutina de belleza. Te aseguramos que notarás la diferencia.

No lavar la funda de la almohada

Se suele hacer énfasis en la importancia de mantener la piel limpia e hidratada al momento de irse a dormir, ya que durante la noche se lleva a cabo el proceso de regeneración celular. Sin embargo, es importante destacar que llevar a cabo una rutina completa de cuidado nocturno de la piel resulta insuficiente si la almohada no está tan limpia como debería.

"La funda de la almohada hay que cambiarla, al menos, cada dos días. Aunque a priori pueda parecer algo sin importancia, pensemos en que, durante toda la noche, la piel del rostro está en contacto con ella y, al final, se acaba convirtiendo en un depósito de bacterias y, como consecuencia, pueden aparecer puntos negros y granitos en nuestra piel", señala Estefanía Nieto, directora técnica de la firma de cosméticos Omoroviczaa Pure Skincare Cosmecéutica.

No llevar una dieta adecuada y no hidratarse lo suficiente

Según el afamado dermatólogo Dr. Perricone, considerado uno de los mejores a nivel mundial, la belleza se encuentra en nuestro interior, ya que lo que comemos tiene un impacto directo en la apariencia y la salud de nuestra piel, así como en su proceso de envejecimiento. Por eso, es de vital importancia cuidarnos por dentro para brillar por fuera.

Y aunque la lección de "una dieta sana" la tengamos más que aprendida, debemos recordar sus beneficios, para así ser más constantes.

En temporadas de estrés o vacaciones, en las que nuestros hábitos alimenticios empeoran, lo que le ocurre a nuestra piel es que se inflama, lo que se manifiesta con rojeces, granitos, falta de hidratación, exceso de grasa, tono apagado y muchas otras consecuencias visibles, como comenta Raquel González, cosmetóloga y directora de formación de Perricone MD.

Con el fin de prevenir esta situación, el Dr. Perricone sugiere seguir una lista de la compra compuesta por alimentos ricos en antioxidantes y propiedades antiinflamatorias, entre los que se encuentran los pescados azules, las verduras detoxificantes y oxigenantes, especialmente aquellas de hojas verdes, y el aceite de oliva, junto con una adecuada ingesta de agua.

No limpiar la alcachofa de la ducha

Como lo lees. Descuidar la higiene de la alcachofa de ducha puede ser el origen de todos tus problemas en la dermis. En la ducha se acumula mucha cal, lo que puede desequilibrar la piel.

Otra consecuencia de no realizar una limpieza regular de la alcachofa, es la proliferación de microorganismos, favorecida por la humedad de la estancia. Estos pueden provocar brotes en nuestra piel.

"La cal puede dañar la barrera de protección de nuestra piel y, como consecuencia, que aparezcan patologías como la dermatitis atópica e incluso eccemas. Por otro lado, si hay bacterias acumuladas en la ducha, estas pueden ser el acelerador de determinados procesos acneicos", señala Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8.

No tener una toalla para cada parte del cuerpo

La toalla que se utiliza diariamente para secar las manos y la cara juega un papel fundamental en la higiene personal. A pesar de que pueden parecer limpias a simple vista, en realidad pueden convertirse en un caldo de cultivo para bacterias y otros microorganismos.

Según explica Sonia Ferreiro, cosmetóloga, biotecnóloga y directora técnica en Byoode, las toallas pueden "acumular piel muerta, secreciones salivales y ácaros", lo que puede provocar la aparición de granitos u otras reacciones cutáneas en la piel si se emplean de manera habitual y para diferentes partes del cuerpo.

Además, al estar en contacto constante con la humedad, igual que la alcachofa de la ducha, las toallas pueden convertirse en el ambiente perfecto para la proliferación de microorganismos, lo que aumenta aún más el riesgo de infecciones y problemas cutáneos. Por ello, la recomendación de los especialistas es utilizar una toalla limpia para la cara y cambiarla diariamente, con el fin de mantener una adecuada higiene y prevenir problemas en la piel.

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