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Cómo limpiar y conservar tu vajilla y cubertería

Para que la vajilla y cubertería que has usado en fiestas te dure mucho tiempo y esté siempre como los chorros del oro, es imprescindible que la cuides bien.

Vajilla

VajillaiStock

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Si eres de esas personas que tienen una vajilla y cubertería “buenas” para ocasiones especiales, que sacan solo en fechas señaladas como es la Navidad, debes saber que estas piezas de calidad requieren unos cuidados especiales, y que no puedes tratarlas igual que a la vajilla de batalla que empleas en tu día a día.

No al papel de periódico

Si no tienes una vitrina para guardar platos, copas y cubiertos, la manera habitual de almacenarlos es envolverlos en papel de periódico. Este gesto no es recomendable. El papel de periódico puede desteñir durante el tiempo que no lo utilices y, aunque no llegará la sangre al río, ya que las manchas son fáciles de retirar, hará que la limpieza sea más complicada. Lo idea es que utilices papel de burbujas o, en su defecto, un buen papel de embalaje. Envuelve pieza a pieza y si es necesario séllalas con cinta adhesiva.

Un espacio para las cajas

Si guardas tu vajilla de fiestas convenientemente embalada en una caja de cartón, asegúrate de no colocar la caja en un lugar donde haya mucho trajín. Lo ideal es que la dejes en un armario y no la muevas hasta la siguiente vez que la utilices, pues si trasteas con ella es probable que acabes dándole algún golpe y pueda romperse o rayarse alguna pieza.

Cuidado con la porcelana

Para limpiar correctamente tu vajilla de porcelana, nada mejor que sumergirla durante un rato en una palangana con agua caliente con amoníaco y unas gotitas de zumo de limón. Si hay alguna mancha, puedes frotarla con una esponja suave empapada en una mezcla de bicarbonato y agua. Si aún así la mancha se resiste, siempre puedes frotar con cuidado con un cepillo de dientes de cerdas finas. No olvides secar muy bien las piezas antes de guardarlas mediante un paño seco y si es necesario con una acabado de papel de cocina.

Cubiertos a remojo
Cubiertos a remojo | iStock

Las copas, a remojo

Es importante que pongas las copas a remojo una vez utilizadas, porque si no es probable que las manchas de vino se incrusten y luego sea más complicado eliminarlas. Si has olvidado hacerlo, ponlas igualmente a remojo con un chorro de zumo de limón antes de lavarlas. Lo mejor es que evites el lavavajillas y las laves a mano, con mucho cuidado, sin meterlas en el fregadero para que no se rompan.

Los platos, mejor lavarlos cuanto antes

Esta máxima sirve tanto para la vajilla de diario como, sobre todo, para aquella más delicada que utilizas en ocasiones especiales, ya que si no le pasas un agua cuanto antes después será más difícil eliminar la grasa incrustada, habra que frotar con un cepillo y la vajilla irá perdiendo su brillo y sus colores. Lo ideal es que, si tienes invitados, empieces el ágape con el lavavajillas vacío y vayas colocando los platos, previamente remojados, a medida que se vayan utilizando, para que al acabar la comida puedas lavarlos todos. Si lavas a mano, en lugar de ir acumulando platos en todos los rincones de la cocina, lo mejor es que mantengas el fregadero lleno y los vayas sumergiendo en agua para evitar la grasa incrustada.

El barreño, tu mejor amigo

Si tienes muchos platos y no caben todos en el fregadero, hazte con un barreño para poder dejar la vajilla a remojo.

Utiliza un estropajo nuevo

Para limpiar aquellas piezas más delicadas que quieres cuidar mejor, lo mejor es que estrenes estropajo y, sobre todo, que evites en la medida de lo posible utilizar la parte áspera y optar por la esponja. Además de ser un nido de bacterias, los estropajos usados pueden tener algún resto de comida acumulado prácticamente imperceptible que podría rayar nuestra vajilla.

Ojo con la cubertería

Al contrario que las copas o la vajilla, lo mejor es no dejar los cubiertos en remojo durante mucho tiempo, y sobre todo no ponerlos todos juntos para evitar que se rocen y se desgasten. Este gesto debemos aplicarlo especialmente a los cuchillos, que debemos cuidar especialmente bien. Además, cada vez que los usemos debemos comprobar que cortan bien y afilarlos periódicamente en el caso de que no sea así.

La cubertería, al cajón

Para guardar la cubertería de fiesta, sea de acero o de plata, es importante que la conservemos en un cajón, a poder ser compartimentado y de base aterciopelada, evitando que los cubiertos rocen unos con los otros para que no se rayen. Antes de guardarlos, es importantísimo asegurarnos de haberlos secado bien con un paño limpio y seco. Tanto en el caso de los cubiertos como de las copas y la vajilla, es importante que los sequemos inmediatamente despues de lavarlos, ya que de lo contrario quedarán manchas de gotas.

Lávala antes de usarla

No basta con pasar un papel de cocina para eliminar el polvo antes de usar la vajilla: es mejor lavarla y secarla convenientemente antes de su uso, pues por muy almacenada que haya estado es probable que se haya acumulado polvo.

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