Teléfonos móviles

"Ansiedad, aburrimiento, dependencia"... La experiencia de estos jóvenes tras una semana sin móvil

Varios jóvenes han participado en un experimento que consistía en apagar el teléfono móvil durante una semana y escribir, en un papel, lo que sentían ante la abstinencia digital.

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Que el móvil genera adicción es algo que todos sabemos. A medida que pasa el tiempo, nuestros teléfonos inteligentes van ganando más y más importancia, siendo esencial para el trabajo, la comunicación e, incluso, para el entretenimiento. Todo dentro de un dispositivo al cual mucha gente está enganchada. Tanto, que no nos hacemos a la idea de cómo sería desconectar durante un tiempo.

Una semana sin móvil

"No puedo pasar un día sin teléfono", contesta un chico a Antena 3 Noticias. Muchas personas están en esa situación y, por ello, se llevó a cabo un experimento que consistía en apagar el teléfono durante una semana completa. En ese estudio participaron dos chicas, que entregaron su móvily acabaron sufriendo.

"Notaba a un vacío y, a veces, aburrimiento", cuenta una de ellas, quien llego a soñar "que no me despertaba y que llegaba tarde porque no tenía el teléfono móvil". "Fue un caos total, estaba un poco desconectada de la sociedad", explica la segunda.

El experimento, además de dejar la pantalla, trataba de escribir en un papel lo que sentían ante la abstinencia digital. "Por primera vez en mucho tiempo, durante la comida, he hablado cara a cara", se puede leer en el escrito de una de las participantes. Unos papeles en los que los sentimientos más comunes son los de "ansiedad, inseguridad y aburrimiento".

Sin el móvil, aparecen las aficiones

Unos sentimientos que tienen un denominador común: la dependencia. A todos ellos les costó entregar su dispositivo y a todos les costó vivir sin él. "Es como cuando tienes un novio tóxico que siempre dependes de él y tienes que estar enganchada a él", apunta Alba Córdoba, una de las investigadoras.

Los jóvenes son los que más tiempo se pasan frente a la pantalla y, al suprimirlo durante una semana, han descubierto otras cosas. "Te decían: 'He leído un libro y he tenido más tiempo para convivir con mi familia'", dice José Luis González, profesor en la Universidad Miguel Hernández.

Ahora, ya con los móviles en su poder, están volviendo a usarlos como antes del experimento, aunque reconocen que son más conscientes de las ataduras del pequeño aparato.

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