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SE TRABAJA EN EL CENTRO HARA ALBIA
La estimulación eléctrica del cerebro, una nueva técnica para tratar la depresión
Consiste en aplicar una corriente eléctrica de muy baja intensidad, el equivalente a una pila de 9 voltios, directamente sobre el cuello cabelludo del paciente. La corriente eléctrica atraviesa el cráneo y pequeñas cantidades de corriente llegan a las zonas concretas del cerebro en las que se desea intervenir.
Los trastornos depresivos y otras dolencias pueden ser tratados con resultados satisfactorios mediante la estimulación del cerebro con corriente eléctrica de baja intensidad, sostienen determinados profesionales de la psiquiatría.
Es el caso de los doctores Loreto Brotóns, Marta Torreblanca e Iván Ruiz, que trabajan con esta técnica para tratar la depresión en el centro Hara Albia, el primero en Euskadi en aplicarla. Los doctores han indicado que se trata de una técnica que se aplica fundamentalmente a pacientes que no mejoran con el tratamiento farmacológico, que no lo toleran o que simplemente no quieren tomar medicación.
Brotóns ha explicado que el cerebro "es un órgano eléctrico, que funciona con estímulos eléctricos", por lo que ha sostenido que "se le puede hablar con el mismo lenguaje", utilizando electricidad "para intervenir sobre él".
La denominada estimulación transcraneal consiste en aplicar una corriente eléctrica de muy baja intensidad, el equivalente a una pila de 9 voltios, directamente sobre el cuello cabelludo del paciente. El enfermo tiene que colocarse una especie de gorro mediante el cual se aplica la corriente a través de unos electrodos, que se introducen previamente en unas esponjas empapadas en suero salino para mejorar la conductividad.
La corriente eléctrica atraviesa el cráneo y pequeñas cantidades de corriente llegan a las zonas concretas del cerebro en las que se desea intervenir. "Al final, utilizando la electricidad estamos haciendo algo muy parecido a lo que hacen los fármacos, que a través de la química modifican la conducta eléctrica del cerebro", ha afirmado Ruiz.
Los profesionales que aplican esta técnica defienden que es "totalmente natural" y muy "segura" y no causa dolor al paciente, que puede charlar o leer una revista tranquilamente mientras es tratado. Según Ruiz, "mal no va a hacer" esta técnica al enfermo y el porcentaje de éxito "es muy elevado".
Estos especialistas están satisfechos con los resultados que están obteniendo en el tratamiento de los trastornos depresivos, aunque sostienen que también puede ser aplicable para mejorar las capacidades lingüísticas y de cálculo numérico y tratar adicciones o trastornos de conducta alimentaria, entre otras dolencias.
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