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EN DAMASCO OTRO BOMBARDEO
Al menos 30 muertos en un bombardeo perpetrados por un avión militar en Alepo
Siria sigue siendo un auténtico campo de batalla, con dos bombardeos en esta jornada. Cerca de Alepo 30 personas han muerto en un ataque perpetrado por un avión militar. En Damasco cinco personas han resultado heridas en un bombardeo reivindicado los rebeldes sirios y que ha explosionado cerca del hotel Dama Rose, donde se alojan los observadores de la ONU que se encuentran en buen estado.
Al menos 30 personas han muerto y varias decenas más han resultado heridas en la localidad siria de Azaz, cercana a la frontera con Turquía, tras un supuesto bombardeo perpetrado por un avión militar, según un balance de víctimas confirmado activistas y por un médico de un hospital de la zona.
Un activista de nombre Anwar ha explicado que un caza del Ejército sobrevoló la ciudad y "disparó en primer lugar contra un coche". Posteriormente, "comenzó a disparar sobre una calle cercana y varios edificios se vinieron abajo". El médico, que se ha identificado como Mohamed, ha dicho que decenas de hombres buscan entre los escombros a más personas, por lo que el número de fallecidos podría aumentar.
Entre los heridos figuran al menos siete rehenes libaneses que permanecían retenidos en Azaz por los rebeldes sirios. Sus otros cuatro compañeros de cautiverio se encuentran desaparecidos tras el ataque.
"El edificio donde estaban fue alcanzado", ha afirmado el comandante rebelde Ahmed Ghazali, en declaraciones a la televisión libanesa Al Jadeed. "Hemos sacado a siete de entre los escombros. Están heridos, alguno de ellos de gravedad", ha añadido.
Otro bombardeo de los rebeldes
Una bomba explotó junto al hotel de los observadores de Naciones Unidas en Damasco, una acción reivindicada por los rebeldes sirios, que libraron también fuertes combates con el Ejército cerca de la sede del Gobierno.
A primera hora de la mañana, un artefacto explosivo estalló cerca del hotel "Dama Rose", que sirve de alojamiento a los observadores internacionales desplegados en Siria, cuya misión termina el próximo 19 de agosto y hay dudas sobre su renovación. La bomba, que causó cinco heridos, fue colocada en un camión cisterna con gasoil detrás del citado edificio en la exclusiva calle Abu Rumaneh, donde se ubican embajadas de países occidentales y árabes, a unos metros de la sede del Estado Mayor sirio.
El viceministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Maqdad, visitó la zona, donde se registraron algunos daños materiales y una gran humareda, y calificó la explosión como un "acto terrorista" que busca "desestabilizar" el país. Maqdad señaló que los miembros de la misión de la ONU estaban en buen estado de salud, lo que fue confirmado por un portavoz de la ONU en Ginebra.
Desde su llegada a Siria el pasado abril, los observadores se han visto afectados por la violencia, lo que les llevó a suspender su labor y reducir a la mitad el contingente inicial de 350 militares desarmados. El rebelde Ejército Libre Sirio reconoció su responsabilidad en la explosión y precisó que su objetivo no eran los observadores, sino un grupo de oficiales leales al régimen, según explicó el consejero de comunicación de la Comandancia del ELS, Fahd al Masri.
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