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TURQUÍA BLINDA SUS FRONTERAS PARA EVITAR UNA LLEGADA MASIVA DE DESPLAZADOS
La falta de atención médica y de alimentos se extiende por los campos de refugiados sirios
EnSiria los violentos combates en la región rebelde de Alepo han provocado en las dos últimas semanas la huida de más de 130.000 personas hacia Turquía. Pero sólo unos pocos han logrado cruzar al país vecino. Los que no lo consiguen deben vivir en los campos de refugiados, donde la falta de asistencia sanitaria y de comida son cada vez mayores.
La tragedia humanitaria en Siria crece día a dia. La mayoría de sirios que huyen de la guerra acaban hacinados en los campos de refugiados, situados junto a la frontera con Turquía. Los que logran cruzar la frontera se ven obligados a buscarse la vida de cualquier forma. Los que antes ejercían de abogados ahora lo hacen de jornaleros.
Esta es la cruda realidad que viven los miles de desplazados en Siria. Los refugiados son conscientes de que son unos privilegiados, pese a la desgracia. Los que se quedaron en Siria se enfrentan a situaciones mucho peores que la suya como los miles de bloqueados en los campos de refugiados que se ven desde Turquía.
En ellos se dejan sentir la falta de atención médica y la escasez de bienes esenciales mientras las autoridades turcas extreman el control de las fronteras, cada vez menos permeables por miedo a la creciente presencia de fuerzas radicales islámicas.
A los bombardeos de la dictadura en el norte de Siria se suman las crecientes tensiones entre los islamistas radicales, nacionalistas kurdos y rebeldes del Ejército sirio libio. El éxodo de desplazados continúa y miles de personas permanecen hacinadas en campamentos provisionales porque Turquía apenas acepta refugiados desde hace siete meses.
Según el jefe médico de la zona, los fugitivos sólo reciben un 20% de la ayuda que necesitan. La mayoría son niños, que además de una epidemia de lesmaniosis, sufren graves daños psíquicos.
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