Discriminación
Expulsan de un restaurante a un hombre con desfiguración facial por "asustar a los clientes"
Oliver Bromley fue expulsado de un restaurante por "asustar a los clientes" y ahora trabaja para educar a la industria hostelera sobre la neurofibromatosis.
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Oliver Bromley, un hombre de 42 años con neurofibromatosis tipo 1, fue expulsado de un restaurante en Londres tras ser acusado de "asustar a los clientes". Este incidente, que Bromley describe como el rechazo más directo que ha experimentado, ocurrió mientras recibía tratamiento médico en el King's College Hospital. Aunque el restaurante no ha respondido a sus reclamaciones, Bromley busca transformar su experiencia en una oportunidad para educar a la industria hostelera sobre su condición y promover la empatía.
Bromley, originario de Sudáfrica y residente de Reigate (Surrey) sufre de neurofibromatosis tipo 1, una condición genética que causa tumores benignos en los nervios, lo que puede provocar desfiguraciones visibles. Tras decidir cambiar la comida del hospital por algo diferente, entró a un restaurante local. Sin embargo, apenas tuvo tiempo de hacer su pedido cuando el personal le pidió que se fuera, alegando que había recibido quejas de los clientes. "Ni siquiera me había sentado", explicó al 'The New York Post'. "El empleado me dijo claramente que estaba asustando a los clientes", dijo.
A pesar de que Bromley está acostumbrado a las miradas, especialmente de los niños, nunca antes había experimentado un rechazo de forma tan directa. Tras el incidente, decidió escribir al restaurante, pero no recibió repuesta. Más tarde, presentó una denuncia ante la Policía Metropolitana, que registró el incidente como un crimen de odio. A pesar de no haber arrestos, la Policía aseguró que "se toman en serio los informes de crímenes de odio".
En lugar de buscar venganza, Bromley ha decidido enfocar su energía en educar a las personas sobre su condición. "Todo lo que el restaurante tenía que hacer era preguntar", señala. Ahora, está decidido a generar conciencia en la industria hostelera para que otros no tengan que pasar por lo mismo. "No hay nada que temer", afirma, destacando que su misión es hacer que la gente entienda que su condición es simplemente algo con lo que algunas personas deben vivir.
La organización benéfica 'Nerve Tumours UK', que apoya a personas con neurofibromatosis, se ha unido a su causa. Karen Cockburn, directora de la organización, expresó su decepción por el incidente, pero lamentablemente señaló que no es un caso aislado. Además, indicó que están trabajando en colaboración con 'UKHospitality' para educar a los empleados del sector sobre esta condición. Cockburn también mencionó que Bromley podría tener derecho a presentar un caso bajo la Ley de Igualdad de 2010, que protege a las personas con desfiguraciones graves contra la discriminación.
Bromley está convencido de que su experiencia puede tener un impacto positivo a largo plazo, ayudando a evitar que otras personas enfrenten situaciones similares. "Espero que esto genere conciencia y que, en el futuro, pueda haber un resultado positivo", reflexiona. Aunque reconoce que siempre habrá personas malintencionadas, su principal objetivo es promover la empatía y la comprensión en una sociedad que, a menudo, reacciona con miedo ante lo que no comprende.
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