El ministro de Sanidad, Salvador Illa

Publicidad

Coronavirus

El temor a un repunte del coronavirus marcará una desescalada controlada y gradual

El nuevo repunte registrado en el número de víctimas por coronavirus indica un cierto estancamiento en el descenso de la curva de la epidemia que continúa en una "fase dura", por lo que la desescalada será gradual.

La expansión del coronavirus frente al fin de confinamiento ha llevado al Gobierno y las autoridades sanitarias a diseñar una desescalada que anticipan será dura y complicada. Esta nueva 'fase' de la crisis del COVID-19 requerirá mantener el "distanciamiento social" necesario para evitar nuevos brotes.

Sería una equivocación relajar ahora mismo las medidas impuestas por el estado de alarma, ya que aún seguimos en una fase "dura" del combate a la enfermedad, que ha entrado en un escenario de estabilización. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha reconocido este miércoles que el diseño de las fases futuras es "muy complejo" al afectar a muchos vectores de la vida de los ciudadanos, como la economía y la salud, y no existen certezas sobre "qué hay que hacer ni cuándo hay que hacerlo".

Su compañero de gabinete, José Luis Ábalos, ha asegurado que el Ejecutivo irá "viendo sobre la marcha" la entrada en la nueva fase en función de los datos del estado de la pandemia en España.

La fecha límite hasta ahora es el 26 de abril pero, según ha recalcado el ministro de Transporte, no implicará una "vuelta a la normalidad". Estas declaraciones han llegado después de que la titular de Hacienda, María Jesús Montero, que ha asegurado que "apartir de ahí, se va a desarrollar lo que los técnicos llaman la desescalada, la forma en la que progresivamente, de forma ordenada, los ciudadanos podrán ir recuperando su vida normal, la ocupación de las calles, de las plazas, de forma muy controlada para que no haya picos inesperados de vuelta a los contagios de la enfermedad".