Asimismo, en el informe se recuerda que "ETA no ha anunciado ni la entrega de las armas ni la disolución de la organización terrorista". El texto destaca que "la experiencia de otros altos al fuego previos ha llevado a una vuelta a la actividad de ETA al no ver cumplida la banda sus objetivos políticos". Objetivos que identifica con "un proceso de conversaciones para la paz con los gobiernos de España y Francia para la creación de un Estado independiente".
Europol tampoco descarta que algunos grupos escindidos puedan retomar la actividad. "La aparición de subgrupos radicales del interior de ETA que no hayan compartido la decisión del alto al fuego no puede descartarse", apuntan las conclusiones.
Respecto a la extorsión a empresarios vascos, esta "parece haber desaparecido", dice el informe, que apunta sin embargo que durante las pasadas Navidades "hubo visitas puerta a puerta" buscando contribuciones "voluntarias". El informe señala que la actividad terrorista de la banda en 2011 se limitó al atentado en Valliere, en Francia.
Igualmente, se apunta que la violencia callejera de ETA "cayó significativamente" el año pasado. "Solo se llevaron a cabo 13 ataques en País Vasco y Navarro, la mayoría usando explosivos caseros y dispositivos incendiarios", se apunta.
Europol incluye estas conclusiones sobre la situación de ETA en un informe sobre el terrorismo en la UE y, en concreto, en su capítulo dedicado al "terrorismo étnico-nacionalista-separatista". Este tipo de terrorismo, del que ETA es el principal exponente en los Veintisiete, motivó 247 detenciones en 2011, fruto de 110 ataques, la mayoría en España y Francia, donde se registró un tercio de los atentados de toda la UE.