Euro digital
Olvida la calderilla, así va a ser el euro digital con el que pagarás todos tus gastos y quién sabe si tu hipoteca
El euro digital viene de camino y el BCE le pide que pise el acelerador. Te contamos en qué consiste, cuándo llega y cómo funcionará.

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Europa pisa el acelerador en la carrera hacia el euro digital. Todavía no hay una fecha oficial, pero se da por descontado que en 2027 ya tendremos una nueva forma de pago e incluso los más optimistas hablan de 2026. Así que para que no nos pille el toro y, sobre todo, con las prisas que ahora parece haber sentido el BCE, vamos a explicar todo lo que se sabe al respecto.
En la encuesta de WhatsApp de la Newsletter nos pedisteis que hablásemos del euro digital y, dicho y hecho. Hemos preguntado todas las dudas a José María O'Kean, catedrático español de Economía Aplicada, y lo primero que nos aclara es que "no es un bitcoin, ni es una criptomoneda al uso tradicional".
Lo que está planteando ahora mismo el BCE es "una moneda intermedia entre lo que sería un billete de curso legal, un billete de 50 euros, y lo que sería nuestra cuenta corriente en el banco que podemos movilizar con una tarjeta de crédito, o que podemos movilizar con una transferencia electrónica", explica O'Kean . ¿Estamos entonces ante una especie de Bizum controlado por el BCE? No, exactamente.
José María O'Kean insiste en que es "una cosa intermedia. Yo creo que va a haber gente que ahora paga en efectivo y pase a pagar con euros digitales y va a haber gente que tenga en su cuenta corriente dinero que moviliza con tarjetas y en vez de tenerlo en su cuenta corriente lo meta en el monedero, en el wallet, que seguramente hará el euro digital" y desde ahí se harán los pagos.
Pero, realmente, ¿necesitamos una nueva forma de pago? El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, señaló en los últimos días que el 40% de los pagos en Europa se hacen con dinero en efectivo, mientras que un 46% se realiza con tarjetas de crédito. Y, precisamente, el 70% de estas últimas operaciones se realizan con tarjetas que tienen detrás marcas "no europeas". Además, al mismo tiempo están apareciendo nuevos medios de pago a través de 'apps' como Google Pay o Apple Pay, que tampoco son instrumentos de pagos desarrollados en Europa. Si analizamos estos datos tras la reciente crisis del comercio por los aranceles de Trump, comenzamos a entender las prisas que se han despertado ahora en Europa por un euro digital, porque también Escrivá aseguró en forma de pregunta retórica: "¿Qué hay más importante o más señero en lo que es la identidad de Europa que la moneda, el euro?".
En esa misma línea, nuestro experto nos indica: "Hay una tendencia hacia los temas digitales. Cada vez el espacio digital gana terreno en las transacciones, entonces tener una moneda propiamente digital parece una cosa lógica. Todo lo oficial se está dejando al margen y lo privado es lo que se está potenciando. Seguramente el BCE está intentando que no todas las transacciones se hagan por plataformas privadas, que además casi todas son norteamericanas, y en ese enfrentamiento, en ese control de la economía norteamericana, de las transacciones internacionales, pues mañana le puede dar a Trump por poner una comisión a todas las transacciones internacionales financieras, entonces, este tipo de cosas, que son impredecibles ahora mismo, el BCE lo que está diciendo es quiero tener mi espacio monetario".
O'kean matiza además que "va a ser una figura a la paridad, 1 por 1, es decir, un euro digital va a ser un euro físico, no va a haber volatibilidad como el bitcoin que un día está bajo, otro va alto y la gente puede perder su riqueza. No estamos hablando de un activo financiero que yo compro para ver si se revaloriza o pierde valor y mi riqueza sube o especular con él. Estamos hablando de un medio de pago" y además añade: "Parece que no se va a adoptar la tecnología blockchain. La tecnología blockchain, cada vez que haya una transacción alguien lo tiene que validar, sería muy complicado para hacer pequeños pagos que alguien tuviese que validar todas esas transacciones y esto, por lo que se ve, no va a ocurrir. Otra cuestión es que yo creo que quizás se lo deberían replantear para hacer grandes pagos".
El profesor nos explica en qué ventajas se traduce esta digitalización de la moneda europea. "La ventaja que puede tener es que no tiene comisiones de ningún tipo. Ahora, por ejemplo, cuando tú pagas con una tarjeta en una tienda, a la tienda se le cobra una comisión y se la cobra una plataforma que puede ser Visa, que puede ser MasterCard, que puede ser PayPal... Una plataforma intermedia y esa plataforma está asociada a nuestra cuenta corriente y tira de ese dinero. Sin embargo, con el euro digital lo que vamos a tener es dinero metido en ese monedero, es como una especie de cuenta corriente diferente a la que tenemos en el BCE" y, precisamente, ahí empiezan a surgir las dudas.
Lo previsible es que con el euro digital el banco vea reducido el capital que sus clientes guardan en las cuentas de ahorro o corrientes, el BCE va a ver que el dinero que ha fabricado ya no hace tanta falta porque los euros digitales harán los pagos y un poco lo que se va a ver es la distorsión que esto va a originar en la economía, qué implicaciones tiene. Habrá que ver cómo se distribuye. "Lo normal", cree O'kean que será, "que de tu cuenta corriente compres euros digitales, entonces lo estás sacando de tu cuenta corriente y lo estás llevando a la tarjeta o que entres en un cajero que esté preparado para el caso donde tú metas billetes y esos billetes te los cargue en tu monedero otra duda es ¿se van a dar préstamos en euros digitales? ¿Vas a pedir un préstamo en euros digitales para comprarte una cosa? Hay muchas dudas porque el sistema monetario es tan complejo, cuesta tanto manejarlo, que una vez que lo manejas metes este elemento y genera distorsión".
A partir de ahora, aunque el euro digital esté encriptado, el BCE va a tener una relación contigo porque "tú tienes tu dinero en ese monedero" y otra de las incógnitas que se formula es si, por ejemplo, la Agencia Tributaria se va a enterar de los pagos que hacemos. "En principio no será así, en principio, la idea es que sea anónimo y que se puedan realizar pagos en cualquier sitio de la UE, incluso internacionalmente, porque las cuentas van a estar encriptadas. Otra cosa es si se comete algún delito y el juez dice que se desencripte la cuenta. También hay problemas de fraude, si los hackers van a poder entrar en tu cuenta y llevárselo", dice O'kean.
Escrivá ya avanzó que el proyecto de desarrollo es de una "gran complejidad" y que consta de cinco fases. Actualmente, el Banco Central Europeo está en la tercera, que es el momento previo a la fase de implementación, tras las dos primeras, donde se asentaron los principios básicos del euro digital.
En este contexto, marcadamente digital, en el que los cajeros de efectivo parecen tener el mismo futuro que las cabinas telefónicas, O'kean se muestra convencido de que el euro digital no va a suponer la desaparición del dinero físico. "Yo no creo que sustituya nunca al dinero legal físico. Yo no creo que se le diga a nadie: usted ya no va a poder pagar con un billete de 20 euros. En vez de pagar con la tarjeta VISA o MasterCard lo que voy a tener es un 'wallet', un monedero y con ese monedero yo voy haciendo los pagos y nadie se entera, en teoría, porque esos pagos están encriptados", puntualiza nuestro experto.
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