Economía
El gran reto de Óscar Díaz tras ganar el bote de Pasalabra: qué hacer (y qué no) con 1,8 millones de euros
El ganador del último bote de Pasapalabra, Óscar Díaz, tendrá que decidir cómo invertir el premio para que no se esfume en pocos años. Aquí van algunos consejos.
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Óscar Díaz se convirtió en millonario el miércoles al ganar el bote de Pasapalabra ante más de cinco millones de españoles (una de cada tres personas que veían la tele en ese momento). Roberto Leal le entregó un cheque de 1,81 millones de euros.
El duelo cultural con Moisés Laguardia demostró que ambos concursantes tienen la cabeza muy bien amueblada. Y para Óscar llega el momento de la verdad financiera: varios estudios (el último es de la Universitat Oberta de Catalunya) señalan que el 70% de los ganadores de un premio de esta magnitud acaba arruinado al cabo de cinco años.
Aunque el bote de Pasapalabra se cuenta entre los más suculentos que se reparten en España –supera con creces a, por ejemplo, la mítica Lotería de Navidad e iguala a los sorteos más generosos— y las tentaciones económicas serán persistentes, Óscar, con total seguridad, se contará entre el 30% que es capaz de, efectivamente, dar un salto de calidad patrimonial gracias a los 1,81 millones ganados. Así fue ese momento, ya historia de la televisión:
¿Por qué? Porque Óscar ha demostrado en directo tener el temple suficiente para no tropezar con las mismas piedras que sí han desequilibrado hasta la ruina a siete de cada diez ganadores de premios importantes en los últimos cinco años. Además, ya tiene práctica: ha ingresado hasta 700.000 euros durante su vida en otros concursos culturales sin que haya trascendido incidente económico alguno.
Así él, seguramente, no toma decisiones sobre su dinero…
•… escuchando al “cuñao” (a menos que sea un buen asesor):
“Invierte en bitcoins: a mí me va muy bien”. Ese fue el mantra más repetido en las cenas y comidas de Navidad de 2021. Veamos como fue el consejo: la cotización del bitcoin el 22 de diciembre de 2021 era de 41.073 dólares, un año después (el 22 de diciembre de 2022) estaba en 17.234 dólares. Es decir, muchos firmaron pérdidas del 58% por hacerle caso al “cuñao”.
Y el descalabro no acabó para muchos. En los últimos dos años han quebrado varios intermediarios sin devolver el dinero a sus clientes, que lo perdieron todo. No es la primera gran metedura de pata de “los cuñaos”. Antes ya se equivocaron con los sellos y las preferentes, por ejemplo. Este año están con la matraca de Nvidia (inteligencia artificial).
•… Óscar tampoco gestionará el bote de Pasapalabra siguiendo a los tiktokers:
El mensaje en el que se apoyan los llamados finfluencers es atractivo: ¿a quién no le gustaría comprarse un coche de gama alta cada año, como aseguran en las redes sociales? Vienen a decir en cada vídeo que los demás no son ricos porque no quieren.
No son pocas las personas que asumen el mensaje subliminal sin cuestionar los intereses reales del tiktoker o finfluencer de turno. En cualquier caso, no se pueden tomar consejos generales sobre nuestro patrimonio como si estuvieran pensados para nosotros. Los matices son importantísimos.
•… Probablemente, Óscar también relativizará lo que le diga el banco:
Los bancos son empresas. Por tanto, están comprometidos con sus resultados y beneficios. Para lograrlos, se apoyan en unos productos y estrategias con intereses muy concretos que podrían limitar los de Óscar. El bote de Pasapalabra le dará acceso a servicios más personalizados a través de la banca privada, pero vigilará de cerca lo que le propongan y pedirá segundas valoraciones. Siempre va de la mano de un asesor independiente.
•… Tampoco moverá su dinero por impulso (desconocimiento):
Invertir por intuición no suele ser una buena opción para nadie. Una de las claves para tomar decisiones correctas es estar informado y entender cómo funciona el activo o producto (acción, fondo de inversión, ETF, bono, letra…) al que vamos a confiar nuestro dinero.
•… Tampoco nos imaginamos a Óscar “siguiendo al rebaño”:
Que todo el mundo compre Nvidia o energía renovable en bolsa, por ejemplo, no significa que sean opciones correctas. Y aunque fueran una posibilidad con todo a su favor, quizá no se ajusta al perfil de riesgo de cada uno. Es importante meterse en la cama estando tranquilos con nuestras decisiones y umbrales de hipotéticas pérdidas.
¿Entonces qué hacer correctamente con 1,8 millones?
Nos imaginamos que somos Óscar Díaz y ganamos el bote de Pasapalabra. Una vez aplicadas las retenciones correspondientes, nos quedan 1,46 millones. Los premios de la televisión son una ganancia patrimonial para la Agencia Tributaria. Así que hay que declararlo junto al IRPF por la incorporación de dinero, bienes o derechos. La “mordida” de Hacienda es del 19%.
Con el importe limpio ingresado en el banco, los expertos en finanzas personales independientes aconsejarían a Óscar que se olvide del dinero durante unas semanas. Así se acomodará a su crecida realidad patrimonial. Y es que su mente se debe adaptar a las nuevas magnitudes numéricas para asumirlas con la misma familiaridad que la situación anterior.
Ese margen le ayudará a elaborar una estrategia con dos objetivos: preservar y hacer crecer el patrimonio; y disfrutarlo sin dilapidarlo. Una manera óptima de empezar es la de armar un presupuesto topado para disfrutar del premio. Seguimos imaginando que somos Óscar y nos vemos en Tahití 15 días por poco más de 10.000 euros. O podemos dar la vuelta al mundo en avión privado con todo incluido por 224.000 euros si queremos darnos el homenaje de nuestra vida.
Según varios estudios, las personas con unas finanzas personales más aseadas destinan un 15% de sus ahorros anuales a las vacaciones. A su vez, éstas son capaces de ahorrar hasta un 18% de los ingresos netos anuales. Si sólo consideramos el bote de Pasapalabra, Óscar dispone de 225.000 euros si quiere emular a las personas más responsables con su dinero.
Mientras disfruta, buscará un buen asesor financiero para diseñar una estrategia personalizada de acuerdo con la situación existente así como sus objetivos vitales.
Si hasta el momento no ha invertido nunca, una buena manera de empezar serán los depósitos y las letras y bonos del Tesoro. Es una estrategia que carece de riesgo y que le rendirá por encima de la inflación anual (prevista para el 3,1%). Si además divide la cantidad a invertir en depósitos en paquetes de 100.000 euros, anulará totalmente el riesgo de quiebra de la entidad depositaria: los primeros 100.000 euros por banco están cubiertos por el fondo de garantías de depósitos (FGD).
Si Óscar ya tiene experiencia previa, el asesor introducirá productos de inversión colectiva, como los fondos de inversión y los ETF (fondos que se comportan como acciones). También se estudiaría, en esta fase, las opciones inmobiliarias, que rinden de media un 6% anual con escaso riesgo.
El siguiente peldaño supondrá la incorporación de la Bolsa y otras opciones de riesgo elevado. Con la madurez suficiente, el bitcoin y las referencias de riesgo extremo –que se caracterizan por amasar enormes ganancias o pérdidas dilapidarias— supondrán un máximo del 10% del dinero total invertido.
Dentro de cinco años nos imaginamos con un rendimiento acumulado del 20%, descontada la inflación, habiendo preservado el dinero ganado y volviendo a la casilla de salida. Los 1,2 millones destinados a invertir después de pagarnos la vuelta al mundo volverían a ser 1,44 millones. ¿Otro viajecito? Sigamos imaginando…
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