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CRÍTICAS A LA GESTIÓN DE RATO

El FMI admite que la falta de crítica impidió prever la gravedad de la crisis

El Fondo Monetario Internacional ha hecho un ejercicio de autocrítica al reconocer que no vió venir la crisis por un exceso de confianza. Así lo recoge un documento interno que examina la labor de la insitución durante el periodo en el que Rodrigo Rato ocupaba el cargo de director gerente.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) minimizó los riesgos que desembocaron en la mayor crisis financiera y económica global en décadas debido en gran parte a una cultura en la que impera el pensamiento único y que desalienta las críticas.

A esas conclusiones, divulgadas este miércoles, llegó la unidad de evaluación independiente (IEO) del FMI, que actúa como una auditoría y cuyo objetivo es hacer un análisis crítico de la actuación del organismo internacional. El estudio analiza el periodo 2004-2007, cuando el español Rodrigo Rato estaba al frente del Fondo y previo a la crisis financiera, que comenzó en septiembre de 2008 en EEUU como consecuencia del estallido de una enorme burbuja inmobiliaria y que se extendió por otros países avanzados de Europa y Japón.

Las conclusiones sobre la actuación de un organismo multilateral encargado de alertar de los riesgos que puedan poner en peligro la economía del planeta son demoledoras. "El elevado nivel de pensamiento uniforme, la captura intelectual y en general la percepción de que una gran crisis en las grandes economías avanzadas era improbable" impidieron al FMI ver la tormenta que se avecinaba, destaca el estudio de la unidad interna. La "débil" gobernabilidad interna y una cultura que desalienta el pensamiento crítico jugaron también un papel fundamental en la citada falta de previsión, subraya el estudio.

El informe llegó a la conclusión de que el FMI ofreció "pocas señales de advertencia claras" sobre los riesgos y vulnerabilidades asociadas con la crisis que se cocinó entre 2004 y 2007. El mensaje del FMI en los años previos a la hecatombe financiera se caracterizó por un "exceso" de confianza en la solidez de las grandes instituciones financieras y el espaldarazo al comportamiento imperante en las principales plazas financieras internacionales.

"Los riesgos asociados con el auge inmobiliario y las innovaciones financieras se minimizaron, al igual que la necesidad de regulaciones más robustas para hacer frente a esos riesgos", dice el análisis. Moises Schwartz, director de la IEO, afirmó que el FMI ya ha dado "algunos pasos" para mejorar su papel de guardián de la economía global.

Pero el Fondo, añadió, necesita ir más allá y realizar "reformas adicionales en su cultura, prácticas y gobernabilidad" para estar mejor preparado ante desafíos futuros. El informe también pide que el FMI aclare las "funciones y responsabilidad" del Consejo Ejecutivo, integrado por 24 directores que representan a los países miembros, así como los del equipo directivo del Fondo y los empleados de mayor nivel en el escalafón.

La IEO hizo hincapié en la necesidad de modificar las estructuras institucionales y los incentivos para impulsar una mejor valoración de los riesgos, la colaboración interna, la claridad en los mensajes y la capacidad del Fondo para desafiar los puntos de vista de los países, sobre todo los de las mayores economías.

En ese sentido, Schwartz declaró en una rueda de prensa que en general los expertos del Fondo se sienten "más cómodos" desafiando a las economías de tamaño medio que a las grandes, algo que, insistió, tiene que cambiar. El responsable del departamento auditor independiente se mostró "alentado" por la positiva respuesta actual del FMI, pero insistió en que "se necesita mucho más".

"Un cambio más profundo"
"Pedimos un cambio más profundo", afirmó. El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, agradeció a la IEO sus "muchas ideas constructivas", y recordó que el Fondo ya entonó en su momento el "mea culpa" por no haber advertido de la crisis lo suficientemente pronto y de forma efectiva. Destacó que las recomendaciones de la IEO coinciden con las reformas puestas en marcha por el FMI para lograr una institución "más receptiva y flexible".

"El objetivo de la agenda de reforma que se está implementando consiste precisamente en redoblar la vigilancia y la financiación para la estabilidad sistémica", afirmó Strauss-Kahn. El titular del Fondo reconoció que hay espacio para mejoras adicionales. "Deberíamos de pensar en hacer más", afirmó, incluido considerar cómo incorporar diversidad de opiniones y "voces discrepantes".

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