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Juegos Olímpicos de Tokio 2020

El remero Rodrigo Conde renuncia a estar en Tokio por las secuelas al perder peso: "Ya no me compensa"

La deshidratación para perder kilos le ha creado ansiedad, estrés e insomnio. Rodrigo Conde, remero con plaza olímpica en los Juegos Olímpicos de Tokio, ha dicho basta y renuncia a competir en su modalidad, doble scull ligero, por el sufrimiento que debe pasar para estar en 70 kilos.

Rodrigo Conde, dos veces campeón del mundo sub 23 en doble scull ligero, cuarto en el Europeo absoluto en 2019 y quinto en el Mundial de 2019, iba a acudir el verano pasado a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 en la modalidad de remo de doble scull ligero.

Para participar en esta prueba este remero debe estar en 70 kilos, un peso al que sólo llega realizando entrenamientos muy exigentes y mediante una deshidratación que le hace perder peso pero implica graves secuelas para su cuerpo.

El aplazamiento por el coronavirus de los Juegos Olímpicos de Tokio fue un duro golpe para Conde, quien hace tres días anunciaba en sus redes sociales que renunciaba a su plaza olímpica al decir basta a las locuras que debía hacer para estar en 70 kilos.

"La única forma que tengo para llegar a mi peso (70 kilos) es deshidratarme mucho, mucho, mucho.... ¿Y eso qué me produce? Estar al conmigo mismo, estar mal con los demás. Cuando llega el momento de dar el peso lo paso realmente mal: insomnio, ansiedad, mucho estrés. Y me he casado de pasar por estas cosas", se sincera Rodrigo Conde en un vídeo en un cuenta de Instagram.

"Hasta ahora lo he podido hacer pero ya no me compensa. Imaginaros lo que supone para mi a nivel psicológico volver a dar el peso. No me compensa, después de la cuarentena he entendido que lo importante es el camino", explica Conde.

Duros métodos de entrenamiento para llegar a los 70 kilos

Y es que este remero español ha explicado algunas de las cosas que tenía que hacer para llegar a los 70 kilos para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio.

"Salíamos a remar abrigados, con dos o tres capas para sudar. Al entrar en el agua nos pesábamos y, según lo que habíamos perdido, podíamos beber o no", reconoce Conde.

"En una sala que nos dejaban en el hotel poníamos la calefacción y el aire caliente a tope, a 40 grados con capas y capas de ropa, y a sudar", cuenta Conde.

El remero español explica que ahora mismo está en 79 kilos, con un índice de grasa corporal del 7% y teniendo que perder 9 kilos.

"En las últimas pruebas médicas pesaba 79 kilos, con un 7% de grasa. Tengo cinco kilos de grasa en el cuerpo y aún tendría que perder nueve", explica Conde.

"Lo que no quiero es que por culpa del peso deje mi pasión, que es el remo", concluye Conde.