Parkour

Parkour sobre los tejados milenarios de Mardin y Midyat

Las 'freeruners' Hazal Nehir y Lilou Ruel han convertido estas históricas ciudades en un escenario para sus acrobacias.

Hazal Nehir y Lilou Ruel en los tejados de Mardin

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Muy por encima de las calles abrasadas por el sol del sureste de Turquía, dos figuras danzan sobre tejados que han sido testigos del auge y la caída de imperios. Hazal Nehir y Lilou Ruel han transformado las antiguas ciudades de Mardin y Midyat en su parque de juegos personal, donde cada salto resuena con siglos de historia.

Esto no es simplemente otro proyecto de parkour. Para Nehir, representa un regreso triunfal tras dos años y medio de recuperación por una devastadora lesión en el codo que la dejó incapaz incluso de ver videos de parkour: "me caí de una altura de tres metros y tuve una lesión bastante grave, después de eso no podía ni siquiera mirar videos de parkour", comenta la turca. Para Ruel, es un regreso a un país donde pasó su infancia, ahora redescubierto a través de las acrobacias.

Los edificios de piedra caliza dorada de Mardin brillan como fuego bajo el sol de Anatolia, con superficies desgastadas que narran historias de mercaderes de la Ruta de la Seda y sultanes otomanos. Encajada sobre una meseta escarpada con vistas a las vastas llanuras mesopotámicas, esta antigua fortaleza ha visto pasar a asirios, romanos, seléucidas y otomanos, todos dejando su huella en un horizonte de minaretes, cúpulas y tejados escalonados.

En este escenario, Nehir y Ruel ejecutan secuencias que desafían la gravedad. Saltan sobre grabados del siglo XIV, dan volteretas por el antiguo Bazar de los Caldereros, y recorren callejones que en otro tiempo bullían con caravanas que transportaban seda y especias a través de continentes.

"Mardin es una de las mejores ciudades del mundo para mostrar parkour", explica Nehir, con la mirada escaneando la interminable extensión de tejados. "Cuando miro a mi alrededor, veo tejados por todas partes. Esta ciudad me permitió mostrar mi rendimiento de la mejor manera posible". "Hay tejados hasta donde alcanza la vista. Las posibilidades son infinitas. Claramente, es un paraíso para los traceurs.", asegura Ruel.

Midyat, la ciudad gemela

A sesenta kilómetros al este, Midyat presenta un desafío completamente distinto. Esta ciudad gemela, más tranquila, con su rica herencia cristiana siria, es un museo viviente de monasterios, iglesias y mansiones de piedra tradicionales decoradas con tallas intrincadas. Aquí, patios escondidos y tejados a distintos niveles crean un laberinto que pone a prueba incluso a los atletas más experimentados.

Es en esta ciudad donde Nehir ha logrado su hazaña más audaz hasta la fecha: un gigantesco "Big Cat Leap" de 4,16 metros desde una altura de tres metros. "Fue el salto más largo que he hecho en mi vida", dice con la voz cargada de emoción. "Estoy muy orgullosa de formar parte de este proyecto en mi propio país".

El logro cobra aún más valor si se considera su camino de regreso al deporte. Hace dos años y medio, una caída de tres metros le destrozó el codo, lo que requirió dos cirugías y una larga y dolorosa recuperación. "Durante la recuperación, ni siquiera podía ver videos de parkour, porque la lesión ocurrió por un error mío", admite. "Cuando volví a entrenar, tenía mucho miedo. La mayoría de las sesiones terminaban en lágrimas porque no podía hacer lo que antes".

Para Ruel, el proyecto tiene un significado profundamente personal. La atleta francesa, reconocida mundialmente por sus acrobacias cinematográficas y por portar la antorcha en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 2024, pasó parte de su infancia en Turquía. "Estar aquí significa muchísimo para mí. Viví en Estambul desde los cuatro hasta los seis años, y Turquía siempre ha tenido un lugar especial en mi corazón. Me siento increíblemente feliz y agradecida de formar parte de un proyecto aquí".

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