Ciclismo

Más de 4.200 kilómetros en bicicleta: "Estas rutas tiene un componente de soledad y me llenan mucho"

Alfonso Junco ha viajado desde Estambul a O Pereiro de Aguiar cruzando ocho países. El cambio de culturas y la red de carriles internos de Croacia, lo mejor.

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A una velocidad media de 20 kilómetros por hora y tras cruzar ocho países, Alfonso Junco llegaba a la plaza del ayuntamiento de O Pereiro de Aguiar, en Ourense. En ese momento, después de un mes y 4200 kilómetros subido a una bicicleta, completaba su aventura: cruzar toda Europa desde Estambul hasta el ayuntamiento en el que reside. Una experiencia que le ha encantado por la soledad y por todas las culturas que ha podido conocer.

"Físicamente no hubo cosas excesivamente duras", dice Alfonso Junco tras haber recorrido 4.200 kilómetros en bicicleta. Es cierto que "el viaje ha sido hace una semana", pero ya se encuentra recuperado "¡y hasta he salido!", apunta con el dedo levantado. Este asturiano reside en O Pereiro de Aguiar, el ayuntamiento que veía como llegaba a su plaza tras un mes cruzando ocho países: "Turquía es un país muy diferente, el que más". De ahí arrancó esta aventura: "Salir de Estambul fue lo más complicado, de hecho, no me encontré ningún cicloturista, ni ahí ni en Bulgaria ni en Serbia".

En Croacia encontró las primeras bicicletas: "el propio país tiene una red de carriles bici internos muy bueno, su orografía lo permite, claro", admite Alfonso. Ese trayecto fue de lo mejor del viaje, junto con Eslovenia. "En Italia son más juerguistas, la costa azul tiene mucho tráfico: Mónaco, Niza...", pero al pasar Francia ya entró en su tierra: "Los mayores desniveles me los encontré llegando a Galicia!", comenta mientras se ríe.

Alfonso reconoce que hay varias razones por las que hacer este tipo de recorridos tan largos, una de ellas es que "estas rutas tienen un componente de soledad y me llenan mucho". La forma de hacerlas también es clave para él: "la bicicleta es un medio de transporte lento que te permite apreciar lo que en un coche no". Ese medio también te exige llevar "lo mínimo posible, llevar mucho es un error", porque el peso, cuando el que tira de tu propio cuerpo eres tú, cuenta, y mucho.

Ahora, con 4200 kilómetros más en las piernas, sumada a alguna que otra gran ruta en sus glúteos (6000 kilómetros por toda la costa de la península), ya está pensando en nuevos horizontes. Todavía no las desvelamos, pero seguro que pronto tendremos noticias, porque "con la madurez tengo la paciencia para hacerlas". Bueno, madurez, paciencia, piernas, bicicleta y muchas ganas, todo sea dicho. A rodar.

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