1. Colas en la puerta
Ponte alarmas de Google, chequea compulsivamente su cuenta de twitter, hazte Premium en todas las páginas de ventas de entradas. Lo que sea con tal de ser el primero en enterarte de que los Crystal Fighters vienen a tu ciudad o a cualquier otra que te quede a golpe de autobús, tren o avión 'low cost'.
Si no, corres el riesgo de convertirte en uno de esos fans con cara mustia que se agolpan a las puertas de la sala con un hilo de esperanza. (¡¿Es que a nadie le va a surgir un imprevisto?!)
No es una exageración: en el concierto de este martes los 'caramustia' eran más de treinta. Y no consiguió entrar ni uno.
2. Lleno, por favor
Los chicos de Sebastián Pringle consiguieron apoteósicos llenazos en los tres conciertos programados en la sala But de Madrid. Esto, señores, es de por sí noticia en esta época en la que nadie o casi nadie consigue llenar nada. La losa del iva cultural es demasiado pesada.
La fórmula de la banda para combatirla es simple: los precios de las entradas son más que interesantes, y compatibles con unas cañas anteriores/posteriores en el bar de enfrente sin hacernos un destrozo en la cartera.
3. Como si lo fueran a prohibir
Si el mundo se acabase (pero esta vez de verdad) justo después del concierto, seguramente las 1.500 almas que llenaron la sala estarían donde querían estar. Todos coincidirían en que esa era la mejor forma de aprovechar su última hora y media (justa justita) de vida. Un vaciado energético sin parangón, obligatorio desprenderse de todos los pesares, hasta fundirse en un éxtasis colectivo. Todos a una. Que le den al fin del mundo.
4. Saberte hasta la última letra
Vale sí, se acaba el mundo, pero en un concierto de Crystal Fighters hay que saberse hasta la última letra. Desde el "You're the one I follow"(Google + buscar + letra 'Follow' + Primer Disco 'Star of Love') hasta el "I want in, right all night LA calling" (Google + buscar + letra 'LA Calling' + Segundo Disco 'Cave Rave').
Si no, corres el riesgo de sentirte como un extraterrestre. O peor, como un fan de segunda división.
El que no goce de privilegiada memoria que no sufra: el repertorio de temas de la banda hispano-inglesa suele variar más bien poco: arrancar con el retumbar de 'Solar System', y alternar 'Follow', 'Plague', 'Champion Sound' o 'I Love London'.
Además, hay "na, na, nas" y "oh, oh, ohs" suficientes para disimular ante los hooligans de los Crystals que, seguro, te van a rodear.
5. La charanga más 'cool'
Si nunca les has visto, prepárate para encontrarte a un grupo que, por su aspecto, podría tocar en las fiestas de tu pueblo. La inspiración es clara: lentejuelas, coristas, melenas con volumen… si empezasen a cantar el "Que la detengan" en Valdemorillo a nadie le extrañaría un pelo. Pero, en contraposición con sus sonidos psicodélicos, reconozcámoslo, queda 'cool'.
Esta observación, aunque la compartas con la que suscribe estas líneas, nunca la verbalices si hay un fan cerca.
6. El directo más espídico y divertido
El punto 6 bebe del punto 3. Fanáticos y neófitos coinciden en que los Crystal Fighters tienen el directo más energético y divertido de la electrónica ‘indie’. En un concierto tan abarrotado como el último celebrado en la capital, la marea de brazos en alto y saltos en trance descansó más bien poco.
Prepárate para llegar a casa con un poco de la copa del de delante, con el sudor del de la izquierda, y con una quemadura de la maleducada que se ha encendido un cigarro detrás. Todo vale (si no te ven los de seguridad) porque el ambiente y la energía que llega desde el escenario impone divertirse.
7. ¿Quizá una sala más grande?
Seamos justos, el sonido de But es de los mejores de Madrid, pero la sala se llena enseguida. ¿Quizá era mejor fundir dos conciertos de los tres conciertos en uno y llevárselo a la Riviera? Puede que allí alguno de los "caramustia" del punto 1 hubiese conseguido alguna entrada. Y la maleducada del punto 6 no te habría quemado el brazo.
8. ¿Mejor en un festival?
Este martes se rozó el nirvana de la diversión sí, pero si uno ha salido corriendo de trabajar (en But se vio algún que otro traje discordante) o al día siguiente toca madrugón (el punto 3 nunca llegó a suceder) quizá te cueste entrar en calor… y no por la temperatura. ¿Los Crystal Fighters mejoran en un festival? ¿Cuándo uno ya ha calentado piernas y lleva el hígado cargado? Es posible, pero no tienen mucho más margen de mejora.
9. Subirte al escenario en la última canción
Si siempre has querido acabar un concierto sobre el escenario, con estos chavales es posible. Llega pronto, consigue sitio en primera fila y espera a que suene el ‘Xtatic Truth’. Como sucedió este martes, puedes acabar compartiendo micro Laura y Mimi o incluso poniéndole el brazo por encima a Gilbert Vierich. Pero prepárate para que la cosa se líe y otros ‘grupies’ envidiosos decidan imitarte y la juerga sobre el escenario termine con empujones fuertes de los señores de seguridad.
10. Resacas felices
Si te lo perdiste… mejor no revises las reacciones en las redes sociales. Solo encontrarás expresiones de reproducción poco decorosa aquí y gente que jura que ha sido "el mejor concierto de su vida". Resacas felices, muchas agujetas y ganas de que estos chicos vuelvan a Madrid. A ti que te lo perdiste, solo te quedará la opción del autobús, tren o avión 'low cost' al concierto más cercano.