Ya es bien sabido que la música durante el embarazo estimula al feto ya que desde la semana 20 de gestación el bebé ya puede oir. Así, sonidos armónicos de Vivaldi o Mozart activan millones de células en su cerebro y favorecen su desarrollo.
Pero lo que se ha demostrado ahora, según un informe del Institut Marqués, es que la música puede también afectar positivamente en la fecundación in vitro. 1.000 óvulos fecundados procedentes de 114 pacietes se dividieron en 2 grupos, en dos incubadoras diferentes, una normal y la otra con música.
Se demostró así que aquellos cultivados con música presentaron una tasa de fecundación 5% mayor.
En cuanto al tipo de música, parece que no hay distinciones. No importa si es clásica, heavy o pop, las microvibraciones remueven los medios de cultivo en los que nada el ovocito del mismo modo, lo que le otorga un reparto más homogéneo de los nutrientes que necesita.