Están descontentos con la banca, con las opciones políticas y con los recortes en materia social. La Plaza de las ranas, en Las Palmas de Gran Canaria, y la plaza Weyler en Santa Cruz de Tenerife se convertían en el escenario de una multitudinaria protesta que ha recorrido otros puntos del archipiélago y la península con un sólo grito: por una democracia real.
Sólo hizo falta una convocatoria a través de las redes sociales, para que miles de personas quisieran protestar por los recortes en servicios sociales y sanidad y un sistema democrático con el que no están de acuerdo.
Pero sobre todo por una situación de crisis de la que no se sienten culpables, sino víctimas. A sólo una semana de las elecciones, ellos ya han votado: por un sistema más justo.
