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VIVEN DEPENDIENTES DE SUS FAMILIAS

Los jóvenes españoles no se pueden independizar hasta más allá de los 35 años

Los jóvenes españoles no pueden vivir solos porque no pueden pagar, por si mismos, ni una hipoteca ni un alquiler. Están condenados a compartir piso. El  Banco de España recomienda no destinar más del 35% del sueldo a la casa, y con esos consejos, sólo a partir de los 35 años se puede, si las cosas van bien, afrontar el pago de una casa con cierta holgura. Los menores de 30 no pueden ni siquiera plantearselo

Los jóvenes españoles son de los que más tarde se independizan de toda la Unión Europea. Con los sueldos tan bajos que se pagan y los trabajos precarios que se ofrecen, su futuro independiente de sus padres se antoja casi imposible. Un ejemplo de esto puede ser el de Sara.

Periodista y poeta, Sara trabaja impartiendo clases de alemán y también es comunity manager, aunque por este trabajo ha dejado de cobrar. No es que no pueda compartir casa, es que comprarse un libro, ir al cine o tomar una caña les descuadra el presupuesto. Estas son sus cuentas. Cobra 200 euros de sueldo, otros 200 que tienen que pedir a sus padres y le pagan el abono transporte. Pero solo en alquiler paga 300, en comida se gasta 100 y el resto en yoga, psicológo y tabaco. Le quedan 33 euros para pasar el mes. "En el día a día no echo nada en falta pero me preocupa el futuro", dice.

Otro caso que saltó a la fama fue el de Benjamín Serra que revolucionó las redes sociales publicando un tweet acerca de su situación laboral en Londres. Este joven valenciano, con dos licenciaturas y con un máster, trabajaba en una cafetería de Londres limpiando váteres. Su historia llamó la atención a la editorial Planeta, a través de Ediciones Península, que le pidieron que escribiera su historia. El resultado "Sobradamente preparado para limpiar váteres en Londres", su primer libro. Benjamín asegura que su historia no es particular, es la historia de muchos pero con la suya abandera la situación de los jóvenes españoles fuera de nuestras fronteras. Afortunadamente, Benjamín ha encontrado un trabajo en una agencia de publicidad y, de momento, no quiere regresar a España.

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