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RELACIÓN ENTRE LA SEDACIÓN Y LA COMPRA DE ORFIDAL

Asunta reveló a una amiga que la habían intentado matar

Alfonso fue la última persona a quien llamó Rosario desde el teléfono fijo de su casa, justo antes del que se considera ya el primer intento de asesinato de Asunta. ¿Por qué y para qué llamó Porto de madrugada a Basterra?

Poco después de esa llamada, sospechosamente, un hombre intenta acabar con la vida de la niña en su propia habitación. Un supuesto desconocido que accede fácilmente a la vivienda. Sin forzar el portal y con la fortuna de encontrarse las llaves puestas en la puerta de la vivienda. Un hombre que, a pesar de su complexión fuerte, tal y como declara la madre en la denuncia por la desaparición de su hija, Rosario consigue reducir, aunque ella es una mujer de pequeña estatura y delgada.

Demasiadas casualidades. Una llamada a Alfonso y seguídamente un varón que entra en la casa llevan al juez instructor a la siguiente hipótesis: Ese desconocido era en realidad Alfonso Basterra y esa noche el primer intento de asesinato. Al día siguiente, la niña, asustada, envía un mensaje de whatsapp a una amiga. "Estoy nerviosa, hoy me han intentado matar. No hables del tema con nadie", dice el mensaje. ¿Sospechaba Asunta quién podría estar detrás de ese supuesto desconocido? ¿Tenía miedo a que volvieran a intentar acabar con su vida?.

A tenor de la declaración de la farmaceútica donde Alfonso Basterra compró varias cajas de orfidal se puede deducir que cada una de las compras tiene una sospechosa y extrecha relación con los episodios de sedación de la niña.

La primera compra se produce a la mañana siguiente del ataque del supuesto desconocido. El 5 de julio, Alfonso compra una caja de 50 pastillas de orfidal y el 9 Asunta acude tan sedada a clase de música que las profesoras aseguran no pudo ni realizar sus actividades.

El 17 y el 22 de julio, Alfonso vuelve a comprar en la farmacia Orfidal. En total 75 pastillas. La noche del 22 Asunta duerme con su padre y al día siguiente acude, de nuevo, maredada a clase. Y de nuevo lo aprecian las profesoras. Tanto que, preocupadas, se lo hacen saber a Alfonso, quien le quita importancia.

El 16 de septiembre, tan solo 5 días antes de la muerte de Asunta, Alfonso vuelve a comprar Orfidal. Al día siguiente alguien permanece en la finca de Teo, tal y como revela el informe de la alarma instalada en la casa, casi tres horas dentro. Y a la mañana siguiente, 18 de septiembre, Asunta ya no puede ni siquera acudir a clases de ballet. En esta ocasión, es la propia Rosario quien se excusa con las profesoras, justificando que la niña está indispuetsa por culpa de la medicación que estaba tomando. Pero Asunta no tenía que tomar medicación alguna. 4 días despúes Asunta aparecería muerta en la pista de Teo.

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