Control de tráfico de la Guardia Civil en una imagen de archivo

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EN BARCELONA

Un joven acusa a un policía de proponerle quitarle varias multas si no denunciaba una supuesta agresión

El motorista, de 18 años, asegura que el policía le amenazó con ir a la cárcel si denunciaba la presunta agresión.

Un motorista de 18 años que presuntamente fue agredido por un agente de la Guardia Urbana de Barcelona en la carretera Arrabassada tras saltarse un control policial ha asegurado este viernes ante el juez que un cabo, una vez en comisaría, le propuso quitarle varias multas a cambio de que no denunciara, además de advertirle de que si lo hacía se le abriría una causa penal y se exponía a ir a la cárcel.

Según ha explicado a los medios Marc F. tras comparecer en el Juzgado de Instrucción 22 de Barcelona, este fue el motivo por el que renunció a denunciar al agente y fue gracias a que los hechos quedaron grabados por las cámaras de seguridad de la perrera de la carretera de la Arrabasada que finalmente la Unidad de Deontología y Asuntos Internos de la Guardia Urbana contactó con el joven para tirar adelante una denuncia por torturas.

Dos agentes de la Urbana están investigados por un delito contra la integridad moral por estos hechos, uno de ellos por omisión, y este viernes han explicado ante el juez que en ningún caso existieron puñetazos ni patadas: solamente un empujón a la moto cuando pudieron interceptarle tras la huida, según la versión de las defensas.

Según el agente con quien se produjo el altercado, le recriminó al motorista saltarse el control --"Tú estas loco, casi nos matas"-- ya que el joven pasó a unos 80 kilómetros por hora muy cerca de él al saltarse el alto y temió por su integridad moral, aunque en ningún caso le amenazó.

Según la víctima, el 15 de agosto sobre las 17.30 horas iba en su moto --que tenía varias piezas trucadas y unas ruedas de competición-- por la carretera cuando le dieron en alto en un control, y se lo saltó porque sabía que su moto estaba trucada y era nueva y no quería que se la quitaran, momento en que uno de los agentes trató de tirarle al suelo de una patada, aunque consiguió zafarse.

Poco después, al darse cuenta de que no tenía sentido huir --"ellos llevan una 1.200 cc y yo una 50"--, se paró a la altura de la perrera municipal y allí llegó un primer motorista que le pidió que se identificara. A continuación, llegó el agente que le había intentado dar la patada y, sin quitarse el casco, lo abordó, le cogió y le estampó contra el suelo y le dio "patadas en las piernas", siempre según la versión del motorista.

El policía le dijo: "Casi me matas hijo de puta. Ven aquí que te voy a matar", y después le volvió a agarrar y le lanzó contra una papelera, momento en que la víctima aprovechó para huir y esconderse en una zona boscosa. Durante esta agresión, el compañero del policía "no hizo nada", se limitó a recoger la motocicleta que su compañero tiró al suelo y destrozó.

Tras esconderse durante una media hora, mientras el policía le seguía buscando, Marc F. logró llegar a Montbau donde pudo llamar a sus padres e ir a la comisaría de Horta-Guinardó a explicar los hechos y preguntar por su moto y sus gafas.

En comisaría, el cabo que le atendió le advirtió de que si continuaba con la denuncia por agresiones podía "ir por la vía penal y acabar en la cárcel", y le propuso retirarle parte de las multas y que solo pagara 250 euros de los 1.900 euros que debía pagar; según la versión de los agentes investigados, le retiraron cuatro de las ocho multas por indicación de un superior.

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