Inmigrantes birmanos que pertenecen, supuestamente, a la minoría rohingya y que fueron rescatados por policías tailandeses

Publicidad

ESTÁN EN UNA SALA DE REUNIONES A LA ESPERA

Tailandia interroga a 117 inmigrantes para saber si son víctimas del tráfico de personas

El Gobierno ha dado un plazo de diez días a las autoridades tailandesas para acabar con los campamentos ilegales de inmigrantes y abordar así el problema del tráfico de personas. Si son víctimas, serán llevadas ante el Ministerio de Desarrollo Social; en caso de haber entrado de forma voluntaria pero ilegal en el país, serán eviados de vuelta a sus países de origen.

Las autoridades tailandesas están interrogando este sábado a más de cien inmigrantes encontrados en el sur del país con el objetivo de averiguar si son víctimas del tráfico de seres humanos, mientras intentan cumplir con el plazo dado por el Gobierno para acabar con los campamentos ilegales de inmigrantes.

El hallazgo de fosas comunes, de las que por el momento se han recuperado 33 cuerpos, que se cree que pertenecen a inmigrantes procedentes de Birmania y Bangladesh, ha llamado la atención de las autoridades sobre el problema de la inmigración ilegal en Tailandia.

Como consecuencia, el primer ministro, Prayuth Chan-ocha, ordenó acabar con todos los campamentos ilegales de inmigrantes en un plazo de diez dias. Además ha pedido una reunión a tres bandas con los líderes de Malasia y Birmania, para abordar el problema del tráfico de personas.

Este centenar de inmigrantes han sido encontrados en el distrito de Rattaphum en la provincia de Songkhla, cerca de la frontera con Malasia. La mayoría proceden de Bangladesh y 26 de ellos son musulmanes rohingya.

"Tenemos que saber si alguna de estas personas son víctimas del tráfico de personas o si han entrado al país por su propio pie. Si son víctimas, debemos llevarlas ante el Ministerio de Desarrollo Social y Seguridad Humana", ha explicado el vicegobernador de la provincia de Songkhla, Ekarat Sisen.

Por su parte, los que se descubra que hayan entrado de forma voluntaria pero ilegal en el país, serán enviados ante la Policía de inmigración para ser posteriormente "enviados de vuelta a sus países de origen".

Por el momento, los inmigrantes se encuentran en una sala de reuniones y han podido lavarse los dientes, comer y dormir antes de ser entrevistados. Algunos tailandeses de zonas cercanas se han acercado para donar agua, arroz y fruta.

Publicidad