La pistola y el martillo que cayeron del asiento del coche

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LA POLICÍA DE CALGARY | CANADÁ

Devuelven el coche robado a una mujer con las drogas y armas de los ladrones todavía en su interior

Una mujer de Calgary, Canadá, respiró aliviada cuando recibió una llamada de la policía en la que le informaban que su coche, robado semanas atrás, había sido encontrado y que podría ir a buscarlo. Su sorpreso llegó al recogerlo, cuando encontró todo tipo de drogas y armas en el interior, que pertenecían a los ladrones.

Courtney Pickering cuenta al diarion canadiense The Star, que su coche fue robado de un callejón que está detrás de su casa.

Tras denunciarlo a la policía, Pickering cuenta que "no tenía muchas esperanzas de recuperar mi coche", ya que los propios agentes le expresaron que "había pocas probabilidades".

Sin embargo, apenas una semana después, los agentes se pusieron en contacto con ella para comunicarle la buena noticia de que habían localizado su vehículo.

"Me dijeron que lo tenían en comisaria y que después de que los forenses lo analizasen en busca de pruebas, podría ir a recogerlo", cuenta la afectada.

No obstante, cuando Pickering se reunificó con su coche en el deposito de vehículos del Departamento de Calgary, se llevó una desagradable sorpresa.

"Nada más entrar, vi que había una especia de papel en el apoya vasos, al recogerlo, me di cuenta de que era una bolsa de cocaína", narra Pickering.

"Fui a hablar con uno de los agentes en el depósito", cuenta la mujer, "y se disculpó y me dijo que dejase la bolsa en el suelo y que más tarde un agente la procesaría".

Aun así, tras el truculento hallazgo, tal y como narró al Calgary Sun, Pickering decidió inspeccionar el coche.

En el asiento trasero halló una pipa para fumar crack, una cartera y cuatro carnets de identidad en la guantera, un cuchillo debajo de una de las alfombrillas traseras, y debajo del asiento del conductor una tubería.

Después de comunicárselo nuevamente al agente de turno en el depósito, éste retiro todos los objetos.

Al llevarse el vehículo, y con el paso de los días, Pickering notaba algo incómodo en el asiento del acompañante, temerosa, fue hasta el taller local donde lo desmontaron.

De sus entresijos cayó un martillo y unas pistola.

En ese momento, la afectada volvió a comisaría, pero no solo para entregar el arma, sino para poner una queja contra el cuerpo.

"Llegados a este punto, no sé si esto es real o mentira", cuenta Pickering, "es inconcebible".

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