Cristiano Ronaldo

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Ronaldo se sale con cinco goles ante el Granada

Cristiano, la mano que mece al Real Madrid

Arropado por los inspirados y acertados Bale y Benzema, sus compañeros de emisora, el portugués encontró en el Domingo de Resurrección la confirmación de su mejoría de cara a una recta final de temporada de horizonte incierto para los blancos

¿Qué es una Semana Santa sin procesiones ni torrijas? Lo mismo que un Real Madrid sin los goles de Cristiano: casi nada. El '7' blanco lo sabe y regaló a sus fieles una exhibición para el recuerdo en el 9-1 endosado al Granada. Porque con sus cinco goles sumó su 28º hat-trick, igualando a Di Stéfano como jugador con más tripletes en la historia del club. No iba muy desencaminado Arbeloa el pasado miércoles cuando dijo en 'El Chiringuito de Jugones' que "en el Real Madrid ha habido un Di Stéfano y un Cristiano Ronaldo". Dos jugadores de otro planeta.

También porque este mismo domingo, con esa manita, Cristiano le 'robó' a Pahiño el 8º puesto en la lista de máximos goleadores en toda la historia de la Liga. Pahiño, al que pocos han visto jugar, pero al que todos asociamos inconscientemente con la palabra gol, ya es historia también para Cristiano y sus 213 goles ligueros. El primer repóquer de su carrera le sirvió, además, para rubricar su hat-trick más precoz.

Atrás parecen ir quedando aquellos días en los que Cristiano no se reconocía en el reflejo del espejo. Atrás parecen quedar de nuevo los feos aspavientos en el campo y alguna salida de pata de banco con la Prensa. Ahora vuelven los días de goles, vuelven los días en los que juega dos partidos paralelos, uno frente al equipo rival y otro contra las marcas históricas que nunca se cansa de batir. Vuelven al Bernabéu los días de afonía por celebrar con el "siiiiiuuuuhhh". 

El líder más necesario
Es difícil saber cuándo acaba un problema como el de Cristiano porque lo es casi igual marcar el origen del mismo. Seguramente encontró el punto de fuga a tanto fango el 10 de marzo, en la derrota 3-4 ante el Schalke, cuando se percató de que el Madrid sin él es un quiero y no puedo.

Tras aquel partido con dos goles vitales, no metió en la victoria contra el Levante, pero llegó a punto ante el verdadero peligro vestido de azulgrana, el Barcelona; en el Camp Nou anotó y protagonizó las ocasiones más claras. El Granada terminó de pagar todos los platos rotos en un choque en el que más de uno llegó a pensar que metería hasta de falta. No se dio la improbable carambola, pero sí cinco goles y una atronadora ovación en el primer periodo, cuando, todavía sin haber visto puerta, bajó a recuperar un balón en campo propio, haciéndole una cobertura en defensa a Bale tan sólo tres minutos después. Líder en actitud y goles.   

Pero, más allá de los datos y los récords, sus más fieles amigos, Cristiano regaló un domingo para el recuerdo porque constató, por si hubiera dejado entrar alguna duda en el imaginario colectivo durante su reciente crisis existencial, que es él el que lo hace y decide todo. Porque, al fin y al cabo, ni la mano dura, ni la mano blanda de Ancelotti, ni la de Casillas, ni la de ningún otro; la de Cristiano es la mano que mece al Real Madrid.

En Twitter: @7Cortegana

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