Ejemplar del tradicional 'cubrepene' de lana.

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FUE DE USO COMÚN HACE UN SIGLO

El 'cubrepene' de lana causa furor entre los regalos de San Valentín en Croacia

En el ajuar de toda novia croata de mediados del siglo XX no faltaba el famoso 'nakurnjak' traducido literalmente como 'cubrepene'. Una prenda de lana que estaba destinada a proteger el órgano masculino del frío y los rozamientos propios de los paseos a caballo. Con el tiempo cayó en el desuso, es ahora un siglo después cuando el 'cubrepene' vuelve a cobrar fuerza como uno de los regalos más comunes de San Valentín en Croacia y otros países europeos que se suman a la moda.

Una prenda tradicional masculina caída en desuso, el "cubrepene" de lana, ha rejuvenecido en Croacia como un extravagante regalo de San Valentín. El conocido como "nakurnjak", que significa literalmente "cubrepene", era una prenda obligatoria hasta hace un siglo en el ajuar de una novia en zonas montañosas de Croacia, donde se utilizaba para protegerse del frío y de dolorosos rozamientos durante las largas jornadas a caballo.

A Radmila Kus, de Mrkopalj, un poblado de la región montañosa de Gorski Kotar, situado a unos 100 kilómetros al sur de Zagreb, su negocio de confección de objetos de lana no le iba muy bien hasta que empezó a hacer los "cubrepenes". Las piezas no se tejen sino que se modelan con fieltro de lana pura, sometida a diferentes procedimientos de peinado, cardado y apelmazado hasta lograr un tacto suave y firme.

"Se venden todos los que producimos, el precio es simbólico, 50 kunas (7 euros). Envío muchos al extranjero, sobre todo a Italia", cuenta Radmila, que en el centro de Mrkopalj tiene una tienda de artesanías de lana, junto con otras compañeras. "Si es para el Día de los Enamorados, me los suelen encargar con el motivo de un corazón encima, muchos encargan cubrepenes con los colores de su bandera nacional, o a veces quieren tener algún escudo o una insignia de su equipo de fútbol favorito", explica.

"Cuántas veces me han contado que el regalo fue tema de muchísimas bromas y risas y que creó una atmósfera relajada en alguna fiesta", cuenta Radmila, al explicar que la prenda tiene hoy un uso muy diferente al del pasado. Radmila los crea para sus clientes a medida, pero advierte que cuando se compra uno de regalo, hay que comprar siempre el XXXL."De otra forma los hombres se enfadan, no importa de qué país sean", asegura con humor.

"Pensé durante mucho tiempo qué podría hacer para ese grupo, que siempre quiere impactar al público. De repente vi un sobrepene colgado en una cuerda de tender ropa en un patio de Mrkopalj. Un señor anciano estaba acostumbrado a usarlo todavía", relata. Eso le dio la idea para crear unos cubrepenes gigantescos para los miembros del "Let-3", con los que el grupo atrajo mucha publicidad y en un festival de Eslovenia fue incluso premiado por su "estilo".

Estas prendas tradicionales todavía pueden comprarse en algunas tiendas con recuerdos tradicionales croatas, en los famosos lagos de Plitvice y en otros lugares turísticos. Como miembro de una organización por la paz durante y después de la guerra serbio-croata (1991-1995), Radmila organizó muchos talleres multiétnicos de artesanía, según recuerda.También tuvo que recurrir a su mano izquierda para convencer al cura local de que no la excomulgara, por crear y difundir unos objetos obscenos, y de que en realidad son prendas tradicionales que sirven de promoción turística de la comarca.Vesna Bernardic

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