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REVELACIONES SOBRE EL PARAJE CÁNTABRO

En El Soplao surgió vida hace un millón de años sin luz ni alimentos

Los geólogos han descubierto una roca formada por organismos vivos desconocidos hasta la fecha.

Las miles de personas que cada año visitan la cueva de El Soplao atraídas por sus estalactitas excéntricas deberán ahora dirigir también su mirada hacia unas rocas negruzcas diseminadas por el suelo que hasta la fecha habían pasado desapercibidas, pero que prueban que la vida se abrió pasó allí hace un millón de años sin luz y casi sin alimento. 

La revista Geology ha publicado en su último número el descubrimiento en El Soplao de un tipo de roca formada por la actividad de organismos vivos hasta ahora desconocidos, gracias a los trabajos de investigación que desde hace años realiza en la cueva y su entorno el Instituto Geológico y Minero de España (IGME). 

Este tipo de rocas biológicas, conocidas como estromatolitos, están presentes en el registro fósil de la Tierra desde hace 3.500 millones de años -de hecho, son los primeros testimonios de vida en el planeta- y se forman como consecuencia de la actividad de microorganismos, cianobacterias y algas cianofíceas, principalmente. 

Sin embargo, los estromatolitos de El Soplao tienen varias particularidades: es la primera vez que se descubren en una cueva y fueron generados por unos microorganismos que no necesitaban la luz para sintetizar la materia orgánica, sino que su ciclo de vida se basaba en una reacción química, la oxidación del manganeso. 

De hecho, forman parte de un tipo de microorganismos que los científicos denominan "extremófilos", porque proliferan en condiciones que se consideran especialmente difíciles para la vida. 

"El Soplao tiene unas condiciones extremas. No hay casi comida, no hay luz. Es un entorno hostil", ha explicado hoy a la prensa el autor del descubrimiento, Rafael Lozano, investigador del IGME. 

En esta cueva cántabra, el manganeso disuelto en el agua permitió que hace más de un millón de años se formaran en completa oscuridad colonias de bacterias, arqueas y hongos microscópicos cuya única fuente de energía provenía de la oxidación de ese mineral.

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