Lo perdió todo
La vida de Tomás, destrozada al entrar en prisión tras ser confundido con un narcotraficante: "No perdono"
Estaba trabajando como pescador cuando una noche le sorprendió una redada de la Guardia Civil, que buscaban a unos narcotraficantes que estaban en la zona. Sin embargo, se confundieron y se lo llevaron detenido. Durante siete años nadie le escuchó ni le creyó, y esto le ha destrozado la vida.
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Tomás ha estado en la cárcel durante un año siendo inocente. Todo comenzó un día, a las diez de la noche, cuando estaba trabajando en la playa de Cabopino, en Marbella.
A pocos metros de él, un grupo de narcotraficantes estaba esperando un desembarco de droga cuando la Guardia Civil comenzó una redada y, creyendo que él era uno de ellos, se lo llevaron detenido.
Pasó tres días en el calabozo y después recibió la peor de las sentencias: 365 días en prisión, sin que nadie le escuchara ni le creyese.
Durante ese tiempo no solo no pudo ver crecer a sus hijas, sino que además perdió su casa, su coche, su trabajo y su familia.
Cuando después de ese año le concedieron la libertad condicional, tuvo que esperar 6 más para que se celebrara el juicio, en el que finalmente le declararon inocente. En el banquillo, ningún miembro de la banda le conocía ni sabían qué hacía él ahí.
Tras la declaración de inocencia, Tomás solicitó una indemnización de 220.000 euros, pero desde la administración no ha recibido respuesta, ni tan solo una disculpa.
Actualmente vive aislado en el campo y, a pesar de que han pasado once años, las heridas siguen sin curarse.
Hablamos con Tomás
Tomás ha estado en 'Y ahora Sonsoles' y ha contado qué ocurrió. Una banda de narcotraficantes lo retuvo cuando estaba pescando, le quitó el móvil y le dijeron que cuando acabaran la operación lo dejarían ir.
Tiempo después llegó la policía y se produjo un tiroteo entre los delincuentes y los agentes. Cuando ya habían detenido a algunos de ellos, uno de los guardia civiles se acercó a él y le dijo que estuviera tranquilo, que sabía que no había hecho nada, pero no lo volvió a ver.
"No les culpo porque yo era igual antes de que me pasara esto"
Pasó 72 horas en el calabozo y pensó que cuando hablaran con el juez le dejaría ir, pero no fue así. "Me dijo que no le contara historias, que ingresaba en prisión", ha dicho, a pesar de que su abogado de oficio no estaba.
Los plazos fueron muy largos y durante todos esos años no pudo trabajar: un año en la cárcel y seis esperando el juicio.
Sobrevivir en prisión sin haber hecho nada es muy difícil de sobrellevar. "Los propios presos te dan de lado", ha confesado. Por el buen comportamiento lo cambiaron de módulo y lo llevó mejor. "Sobrellevándolo", ha dicho.
Tomás perdió a muchos familiares y amigos por haber entrado en prisión, porque pensaban que si había ingresado en la cárcel era porque algo había hecho. "No les culpo porque yo era igual antes de que me pasara esto", ha confesado.
Por suerte, la que por entonces era su esposa y algunas otras personas lo apoyaron, pero los daños psicológicos afectaron a la pareja y decidieron separarse. "La cárcel te cambia completamente, eres otra persona", ha asegurado, aunque con secuelas.
A Tomás le han diagnosticado trastorno adaptativo, es decir, que la sociedad le ha hecho tanto daño que no concibe vivir con gente. De hecho, vive solo en el campo. "Ahí es donde soy feliz", ha afirmado.
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Hasta ahora nadie le ha pedido perdón, y él tampoco perdona lo que le han hecho.
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