Nos lo cuenta
Miquel quiere saber quién es su padre: "Descubrí que soy hijo de un donante de esperma"
A los 15 años descubrió que, quien creía que era su padre, no lo era. En su lugar, fue un donante de esperma cuya identidad desconoce y no le permiten hacerlo.

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Miquel descubrió con 15 años que su padre fue un donante de esperma. Cuando el padre que le había criado hasta el momento falleció de una enfermedad, él temía poder heredarla, pero su abuela le confesó que aquello era imposible.
Por mucho que ha intentado conocer la identidad de su padre biológico, el sistema no se lo ha permitido. España es uno de los pocos países de la Unión Europea donde aún rige la ley del silencio y no se permite conocer los datos de los donantes.
Para Miquel, esta medida constituye una mercantilización de los hijos y una deshumanización de la persona. "En internet vi asociaciones de gente que pedían lo mismo y empecé a normalizar lo que me ocurría", confiesa.
El Comité de Bioética de España, órgano consultivo adscrito al Ministerio de Sanidad, ha propuesto cambiar la legislación para levantar el anonimato de los donantes de óvulos. Esta es precisamente una de las preocupaciones de la Sociedad Española de Fertilidad, que teme que, si se retira el anonimato, el número de donantes se reduzca drásticamente como en otros países.
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"Hay una parte de mi identidad que necesito completar", advierte. Según nos cuenta, hay datos que pertenecen a la clínica privada y que deberían pertenecerle. ¿Deberían las donaciones ser anónimas o no?
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