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Cándida, víctima de la misma cuidadora que Milagros, no dudó en enfrentarse: "Me juró que no me había robado"
Esta mujer ha pasado por la misma experiencia que Milagros, que con 87 años y completamente sola se ha visto sin nada con lo que vivir. En su caso, no le quitó dinero porque las cuentas las llevaban sus hijas, pero sí le robó un móvil, dinero suelto de la casa, ropa y joyas, entre otras cosas.
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Hace unos días conocimos la historia de Milagros, una mujer de 87 años a quien su cuidadora le robó los 30.000 euros que tenía en su cuenta. Ella no ha sido la única víctima de esta mujer ecuatoriana de 37 años. Cándida ha sido otra de las personas mayores que ha sufrido el engaño de esta empleada.
Karen, la cuidadora, estuvo trabajando en su casa cuatro meses, de mayo a octubre de 2023. A ella no le tocó las cuentas bancarias, pues las gestionan sus hijas, pero le robó de todo: dos pulseras, una cadena de oro, el móvil y otros objetos de valores diversos.
Cándida empezó a sospechar cuando sus hijas le compraron el teléfono móvil y lo guardó para que cuando su nieto fuera a casa se lo pudiese configurar. Sin embargo, cuando la abrió estaba vacía.
Además, ha contado, estaba haciendo una hucha para dársela a sus nietos pero un día, cuando se quiso dar cuenta, apenas quedaba nada. Al día siguiente, Cándida actuó como si no pasara nada y, al final del día, le dijo que le había robado el dinero y el móvil.
"Me juró que no", ha explicado Cándida, que, además, llamó a la oficina para informar, pero no le dieron importancia.
Hace poco, además, ha descubierto que se llevó tres relojes, uno de ellos de un gran valor sentimental pues lo compró ella cuando tenía 14 años cuando empezó a trabajar.
El caso de Milagros emocionó no solo a Sonsoles Ónega, que no pudo contener las lágrimas en plató, sino también a las redes, que se volcaron con esta mujer que se ha visto sin nada y sola a sus 87 años.
El modus operandi de la estafadora de Vallecas
Lo primero que hacía esta cuidadora que se dedicaba a estafar a las personas mayores que cuidaba era ganarse la confianza de personas como Milagros o Cándida.
Después, robaba dinero sacándolo en cajeros automáticos, además de mandar un porcentaje a su país a través de locutorios y haciendo numerosas compras de todo tipo con tarjetas de crédito.
Algunas de las compras que hizo fue un televisor de plasma, un coche o perfumes caros, además de viajes y fiestas. Fue detenida en Roquetas de Mar (Almería).
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