Hablamos con Sara Inisterra

La youtuber arrepentida de mostrar a sus hijos en redes sociales: "Mi bebé estaba llorando y la veían 70.000 personas"

Sara Inisterra es una youtuber e instagramer que cuenta con más de 100.000 seguidores. Un día se dejó de sentir cómoda compartiendo contenido con sus hijos pequeños. "Les reconocían por la calle y eso me asustó", confiesa.

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Sara Inisterra es una youtuber e Instagramer que cuenta con más de 100.000 seguidores en sus perfiles. Cuando se quedó embarazada de su primer hijo comenzó a compartir contenidos con el niño, lo mismo hizo con su segundo embarazo. Los contenidos gustaban a sus seguidores y las marcas empezaban a interesarse por ella. Le regalaban productos y llegaron a pagarle hasta 2.000 euros por compartir contenido con uno de sus productos en sus perfiles.

Sara interiorizó este trabajo como algo normal que formaba parte de su día a día y con el que conseguía ingresos de un modo sencillo: "Te arreglaban el mes", reconoce. De repente un día dejó de ver con buenos ojos el hecho de mostrar a los menores. Sobre todo cuando incluso les reconocían por la calle.

"Las marcas me pagaban hasta 2.000 euros por hacer un vídeo con uno de sus productos"

Ahí empezó una mala racha en la que se mezclaba la ansiedad con la desgana por hacer vídeos. Estaba haciendo algo que no le gustaba pero no sabía hasta qué punto. Unas seguidoras le mandaron un vídeo en el que se la veía embarazada de su segundo hijo y su hija pequeña estaba llorando desconsoladamente. "Más de 70.000 personas veían a la pequeña llorar. Me dije que estoy haciendo algo en mi cabeza hizo 'click'", reconoce.

A partir de ese momento decidió apartar a los niños de sus publicaciones. Sus seguidores le empezaban a preguntar por los pequeños y las marcas que reclamaban la presencia de los pequeños. Cuando comunicaba a las marcas que no estaba dispuesta a sacar a sus hijos simulando una escena feliz que ellos le pedían se dejaban de interesar por ella.

Todavía hoy está borrando vídeos en los que aparecen sus hijos. Tiene contratos temporales por las marcas por lo que se comprometió a que cada contenido estuviera una fecha determinada en redes. Actualmente sus hijos tienen 4 y 8 años y les ha contado la verdad sobre lo que ha ocurrido. Cuenta que a su hija le encanta grabarse con sus cámara pero sabe que ese contenido no lo van a subir a internet.

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