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¡Todo un éxito!

Los impresionantes experimentos de Marron utilizando trampas para ratones: "Una cosa es un ratón y otra un humano..."

El colaborador nos ha mostrado las 'Trampas encadenadas' y 'Ratoncito Man'.

TRAMPAS DE RATÓN DE MADERA Y MUELLE

El tipo tradicional fue inventado por Hiram Stevens Maxim. Se trata de un sencillo dispositivo con un arco de alambre y un muelle. El queso se coloca en una trabilla como cebo. Otros alimentos como la avena, el chocolate, pan, carne, mantequilla y mantequilla de maní también son eficaces. El arco de alambre se cierra rápidamente y con mucha fuerza cuando, normalmente un ratón o una rata, toca la trabilla. El diseño es tal que el cuello del ratón se romperá; también puede quebrar sus costillas, o su cráneo. Las ratas, al ser más grandes, pueden escapar de las ratoneras, de modo que se utiliza una trampa más grande para ellas.

En nuestro caso, vamos a colocar 1200 unidades de ellas colocadas muy juntas, con el objetivo de entender cómo funciona una reacción en cadena. El efecto de la activación de una sola de ellas hace estallar literalmente la reacción en cadena al afectar a todas las demás.

Es una gran demostración visual de lo que ocurre en la reacción de fisión del Uranio 235 dentro de un reactor nuclear.

INFO PEGAR KELLER CONTRA LA PARED

Las trampas de pegamento para ratones y ratas son unas láminas de cartón o de plástico recubiertas por un adhesivo muy pegajoso y atrayentes alimentarios.

Dicho adhesivo no es tóxico, en caso de que algún humano entre en contacto con ella. Cuando el ratón pasa por encima, se queda pegado por las patas y, al intentar liberarse, quedará pegado e inmovilizado el resto de su cuerpo. Este método no produce una muerte rápida e indolora, sino todo lo contrario. Los ratones sufren mucho, pasan miedo y se hacen daño intentando huir con todas sus fuerzas.

Las trampas adhesivas para ratones y ratas son crueles e inhumanas ya que producen un gran sufrimiento a los animales antes de morir. Los roedores quedan fuertemente pegados y luchan por intentar liberarse durante horas.

Esto provoca que, en muchas ocasiones, se arranquen o se desgarren el pelo y la piel o se fracturen las patas. Si su nariz y su boca quedan pegadas a la trampa, también morirán asfixiados. En un intento desesperado de huir, el ratón puede llegar incluso a automutilarse, mordiéndose las patas para intentar liberarse. Igualmente, si el animal no lucha por escapar, puede tardar varios días en morir de hambre y de sed, produciéndose una larga agonía.

Además, las trampas de pegamento para ratones no son una solución real al problema porque, por mucho que captures un ratón, seguirán llegando otros. De hecho, son contraproducentes ya que, al eliminar un roedor, aumenta la provisión de la comida atrayendo a más roedores. La mejor solución es la prevención: localizando y sellando los sitios por donde entran, aumentando la limpieza y evitando dejar cualquier resto de comida que los atraiga. También puedes utilizar productos repelentes naturales en sitios estratégicos para mantenerlos alejados.

Por otro lado, las trampas de pegamento para ratones actúan de forma indiscriminada, es decir, no solo atrapan a los roedores. A menudo, otros muchos pequeños animales son víctimas de estos productos: insectos como mariposas y mariquitas, reptiles como lagartijas, ranas, pájaros, ardillas e incluso gatitos. Además, también son peligrosas para los animales de compañía si están a su alcance.

Por ello, recomendamos NO utilizar este tipo de trampas para los ratones. Hay otro tipo de trampas mucho más efectivas y sin el componente de crueldad que tienen estas. Por ello, nosotros, vamos a colgar a un compañero de una pared utilizando 34 de estas trampas, para comprobar el carácter adhesivo de estas trampas.

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