Especial Día del Padre: 5 personajes y 5 modelos de paternidad en las series turcas

Si cada familia es un mundo, podríamos decir que cada padre es un universo. Si hiciéramos una encuesta, es probable que nos encontráramos con diferentes modelos de relaciones paterno-filiales porque cada padre ejerce ese rol como siente, como puede o como entiende que debe hacerlo. Y en las series turcas de Atresmedia podemos localizar varios estilos de paternidad.

Halit, el padre autoritario

En el caso de 'Pecado original', tenemos a Halit como ejemplo del padre autoritario, es decir, se hace lo que él dice y punto final. Halit habla, sus hijos obedecen. Si somos justos, hay momentos en que parece derretirse el hielo con el que trata a sus vástagos, sobre todo, en el caso de Erim, pero son apenas unas pinceladas.

Halit representa a ese padre que se cree poseedor de la verdad absoluta y que no permite ni un mínimo traspiés por parte de sus hijos. Y lo peor en este caso es que ni siquiera recurre al manido "lo hago por vuestro bien". Halit no dirige con mano de hierro la vida de sus hijos por ellos. Lo hace por él. Por su prestigio. Por su honor. Por su reputación.

Si reprende a Zhera por su alcoholismo, no es para cuidar su salud. No. Halit la regaña y hasta la humilla porque su adicción daña su imagen de ejemplar padre de familia. No le preocupan los problemas, traumas o inseguridades que arrastra su hija mayor. Le preocupa lo que dirán sobre esos problemas, esos traumas y esas inseguridades.

Y en el caso de Erim, a pesar de que muestra mucha más empatía que con su hija mayor, no podemos perder de vista que está desarrollando la estrategia del chantaje emocional. Quiere a Erim contento y feliz para alejarlo de su madre. ¿Cómo olvidar que intentó limitar la comunicación entre madre e hijo? ¿Cómo pasar por alto que le hizo creer a su hijo que su madre se había ido sin mirar atrás?

Orhan, el padre acogedor

En el ángulo opuesto del concepto de padre que tiene Halit, está Orhan de 'Hermanos'. Si Halit es un frío como el acero, Orhan es cálido y acogedor. Si Halit piensa primero en él y después en los demás. Orhan piensa primero en los demás y después en él.

Es cierto que Orhan peca de cierta torpeza, pero la desesperación que lo acompaña no ayuda a actuar con lógica y coherencia. Fuimos muy críticos cuando no supo imponerse a Sengül y permitió que sus sobrinos viviesen en el gallinero, pero el tiempo nos ha demostrado su compromiso absoluto e inequívoco con ellos.

En la mesa de Orhan no hay platos a rebosar de comida y en sus bolsillos hay más agujeros que liras, pero lo poco que logra reunir es para sus hijos y sus sobrinos. Si tiene que destrozarse la espalda cargando bolsas en un supermercado, lo hace por ellos. Si tiene que pedir dinero a un prestamista, lo hace por ellos. Y si tiene que callarse un secreto que le atormenta el alma, lo hace por ellos.

Pero, al margen de su generosidad a la hora de repartir lo poco que tiene, Orhan destaca porque es el puerto en el que todos encuentran cobijo. Era el mejor confidente de Kadir y ahora es el mejor consejero de Omar.

Orhan es el padre que sufre porque los suyos sufren. Orhan es el padre que se desespera al ver la situación desesperada con la que conviven a diario. Orhan es el padre que da sin pedir.

Akif, el padre controlador

En una posición intermedia entre Halit y Orhan, tenemos a Akif, el patriarca de los Atakül en 'Hermanos'. Si ya de por sí Akif es un personaje complicado y complejo, como padre es difícil de calificar.

De las poquísimas cosas buenas que se pueden decir de Akif es que quiere a sus hijos. Melisa es su princesa, Doruk es su orgullo y con Kaan ha conseguido establecer una conexión especial. Hasta ahí no hay nada que reprocharle.

Sin embargo, también hay que reconocer su tendencia a querer que sus hijos sean y actúen como él considera que deben hacerlo. Y más en el caso de sus relaciones sentimentales. Eso sí, sabiendo todo de lo que es capaz para salirse con la suya, hasta podríamos decir que ha sido bastante comedido en sus movimientos para torpedear los noviazgos de sus hijos. Es más, la mayor parte de las crisis que han atravesado las dos parejas no han sido responsabilidad de Akif.

Y en el caso del accidente de Melisa y Kadir, es más que evidente que actuó mal, pero al menos esta vez lo hizo pensando en proteger a su hija y no en su propio beneficio. De hecho ha sido la primera y casi única vez que ha hecho algo pensando en alguien que no es él.

Metin, el padre insatisfecho

Otro modelo de paternidad es Metin Kaya de 'Secretos de familia'. Con él nunca terminamos de saber si está enfadado, decepcionado, desilusionado, harto, emocionado y demás adjetivos que se nos ocurran porque parece vivir en una permanente situación de negatividad y /o apatía.

Nuestra primera impresión ya fue altamente negativa porque ni por un segundo se planteó la posibilidad de que Çinar no fuese el asesino de Inci. En cuanto el foco de la sospecha se puso sobre su hijo menor, el policía lo condenó sin juicio previo ni derecho a defensa. Pero, curiosamente, cuando Çinar sí es culpable de un crimen, olvida momentánea y oportunamente sus férreos principios policiales para dedicarse a destruir pruebas y encubrir el delito. Eso sí, no se cansa de repetir que la oveja negra de la familia es el abuelo, que, también hay que decirlo, suma bastantes puntos para hacerse con ese título.

Y, en cuanto a su relación con Ilgaz, también hay una evidente tirantez. Está muy orgulloso del fiscal, pero se enfada cuando decide tomar otro rumbo profesional y, cuando su hijo regresa a su añorado puesto, prácticamente ni se inmuta. Además, si hablamos de la vida sentimental de su hijo, es como si aún no hubiese asumido que Ceylin es su nuera y que ha llegado para quedarse en su vida y en su familia (o, al menos, eso esperamos).

En definitiva, todavía estamos esperando ver a Metin disfrutando de un buen momento en compañía de sus hijos.

Soliman, el padre atormentado

Mientras Metin nunca parece satisfecho con sus hijos, Soliman vive entre la espada y la pared por su condición de padre y sultán del imperio otomano.

Como padre, es incuestionable que quiere a todos sus hijos, aunque, a veces, se le note algún que otro toque de favoritismo. Como sultán, sufre la tensión de tener que pensar y decidir el futuro de todo un imperio y, al mismo tiempo, evitar que esa responsabilidad provoque un cisma familiar.

La tradición dice que Mustafá debería ser el heredero, pero algunos errores suyos y, sobre todo, de su madre, le han restado bastantes puntos. Mehmed parecía ser el elegido por el sultán y casi por el destino, pero Mahidevran consiguió que, por fin, uno de sus planes saliese bien.

Eso sí, ahora va a tener que pagar el precio de su acción. Creyó que sin Mehmed, Mustafá tendría el camino allanado hacia Manisa, pero, una vez más, subestimó a Hürrem y, además, demostró no conocer demasiado bien a Soliman.

El padre sigue queriendo a su hijo, pero el sultán ha perdido la confianza en su primogénito a base de muchos pequeños detalles que han logrado que ahora lo vea más como una amenaza que como un heredero.

Y, pese a su aparente frialdad, Soliman vive atormentado pensando en cuál es la mejor opción para combinar la continuidad del glorioso futuro del imperio otomano (y de la dinastía que lo gobierna) con la cordial y fraternal relación que, a pesar de todas las intrigas, traiciones, envidias y odios, mantienen sus hijos.

Son, en definitiva, distintos modelos de padres que asumen y ejercen la paternidad en base a sus emociones, sus principios, sus experiencias y sus personalidades con sus aciertos y sus errores… Como en la vida misma.

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