SU SIGNIFICADO
La historia de la inquietante grabación del poema que se escucha en 28 años después
De entre todas las angustiosas escenas que tiene 28 años después, una de las más destacadas es la de la perturbadora grabación que se oye mientras sus protagonistas se adentran en la isla. Este es su significado.

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Ya está en cines 28 años después, la esperada tercera entrega de la saga creada por Danny Boyle y Alex Garland en 2002 con 28 días después. En 2007, el español Juan Carlos Fresnadillo dirigió 28 semanas después y ambas películas han dejado escenas imborrables en los fans del género como al joven Cillian Murphy andando por un desierto Londres o a Robert Carlyle siendo asediado campo a través por los infectados.
Ahora, Boyle y Garland han vuelto a unirse para esta secuela protagonizada por Aaron Taylor-Johnson, Jodie Comer, Ralph Fiennes y Alfie Williams, dejando varios de los momentos más perturbadores de la trilogía.

Uno de ellos y que ya hipnotizó a los que vieron el tráiler, fue la angustiosa grabación recitada que se escuchaba junto a la sucesión de imágenes de infectados.
En la película también han introducido dicha locución mediante un montaje similar que va in crescendo hasta ponerte de los nervios... Pero, ¿de dónde viene estas palabras? (Seven—six—eleven—five—nine-an'-twenty mile to-day/Four—eleven—seventeen—thirty-two the day before/(Boots—boots—boots—boots—movin' up and down again!)/There's no discharge in the war!/Don't—don't—don't—don't—look at what's in front of you/Boots—boots—boots—boots—movin' up an' down again)/Men—men—men—men—men go mad with watchin' em/An' there's no discharge in the war!)
En realidad, este es un fragmento de Boots, un poema de Rudyard Kipling publicado en 1903 en el marco de la segunda guerra bóer, que enfrentó al Imperio Británico con los colones bóer en Sudáfrica, descendientes neerlandeses.
El conflicto fue muy impactante para la época y el poeta plasmó en su obra el desgaste y la monotonía de las tropas británicas durante una marcha en el inhóspito escenario en el que combatían. El poema es así de repetitivo para plasmar la angustia de los soldados y sus temores en esa guerra contra un enemigo que era superior en número y combatía en guerrillas, al igual que los personajes de Johnson y Williams adentrándose en el territorio de los infectados.

En la cinta, lo que se oye es la lectura radiofónica del poema que hizo Taylor Holmes en 1915. La turbia entonación que plasmó ha servido para que Estados Unidos entrenara a sus soldados durante años poniéndoles este grabación durante técnicas de resistencia y concentración.
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