INCÓMODO

Por qué tenemos hipo y cómo acabar con él

¿Quién no ha tenido nunca hipo? Sin lugar a dudas, todo el mundo estará de acuerdo en que se trata de uno de los fenómenos más molestos e inesperados que experimentamos como humanos, algo con lo que pasamos vergüenza y probablemente no sabemos cómo parar.

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Pequeños saltos internos y ruidos poco disimulados: esto es lo que vivimos cuando tenemos hipo. A pesar de padecerlo constantemente, nunca llegamos a entender por qué ocurre, pues siempre nos pilla de sorpresa en las peores situaciones.

El hipo se podría concebir como una especie de fallo del cuerpo humano, ya que tiene lugar cuando nuestro diafragma y el resto de músculos que participan en el proceso respiratorio se descoordinan. En un sentido más técnico, se trata de una contracción involuntaria, brusca y repentina del diafragma, movimiento impensado que trae consigo espasmos.

Precisamente, estos espasmos son los que provocan el característico ruido que siempre lo acompaña, ya que nos hacen inspirar aire de golpe, provocando que la glotis se cierre y las cuerdas vocales se vean afectadas. Normalmente, suele durar unos minutos, aunque hay personas que padecen hipo crónico, uno que puede alargarse hasta 48 horas. Es en estas ocasiones en las que se debe acudir a un especialista para detectar por qué nos está ocurriendo esto, ya que detrás puede esconderse alguna afectación grave.

¿Por qué tenemos hipo?

Las causas que pueden llevarnos a padecer este tipo de contracciones son varias, aunque siempre son nuestros actos los que acaban determinando su aparición. Por ejemplo, comer mucho o hacerlo de forma muy rápida, fumar o consumir alimentos picantes, bebidas con gas e incluso bebidas alcohólicas.

Aun así, algunos factores ambientales también pueden ser los causantes de hacer saltar nuestro diafragma. Los cambios muy bruscos de temperatura y la exposición a situaciones que alteran nuestras emociones, especialmente aquellas que nos estresan o nos hacen padecer muchos nervios, pueden ser determinantes. Incluso si tenemos algún problema en la garganta o en el estómago, sobre todo cuando estas zonas se irritan.

Remedios para quitar el hipo

Si eres de esas personas que siempre recurren al susto para remediar esta situación momentánea, probablemente te hayas dado cuenta de la poca efectividad que tiene. Existen múltiples alternativas que ayudan a la reducción del hipo, además de ser muy sencillas y rápidas.

Contener la respiración

Para que tu respiración vuelva a coger un buen ritmo, inhala aire y retenlo durante 10 segundos. Transcurrido ese tiempo, exhala lentamente. Puedes hacerlo varias veces, hasta que el hipo desaparezca.

Juega con el agua

Para ayudar al diafragma, bebe un vaso de agua por el lado contrario al que lo sueles hacer. De esta forma, tendrás que doblar tu cuerpo para evitar derramar el líquido. También puedes hacer gárgaras con agua fría durante unos 30 segundos, hasta que se pase el hipo.

Otro remedio muy común es beber agua fría con una pajita, a la vez que nos tapamos los oídos. Aunque pueda parecer una idea sin sentido, ¡esta solución ha sido demostrada científicamente!

Trabaja el diafragma

Haz presión en el diafragma para estimularlo, presionando el punto en el que acaba tu esternón. También puedes cerrar el músculo tumbándote en el suelo y abrazando tus rodillas, de forma que estas queden sobre el pecho.

Distrae tu mente

El hipo no es, precisamente, algo agradable. No hacerle caso puede parecer una misión imposible, pero si nos entretenemos con cualquier cosa que desvíe nuestra atención le restaremos importancia y rápidamente lo haremos desaparecer.

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