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¿Qué ocurre si bebemos mucha más agua de la que necesitamos?

No todas las personas precisan la misma cantidad de agua, ya que depende del organismo de cada uno. Por lo tanto, ¿es imprescindible beber dos litros de agua al día?

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Siempre se ha dicho que para que el organismo funcione correctamente es fundamental beber dos litros de agua al día. Por ello, en muchas ocasiones nos obligamos a ingerir más cantidad de agua de la que necesitamos con el fin de alcanzar lo recomendado. No obstante, no existe ninguna evidencia científica que explique el porqué de esta recomendación.

No todas las personas necesitan la misma cantidad de agua. Por ejemplo, una persona que realice ejercicio continuamente requiere una mayor hidratación que aquellos que no efectúen tanto esfuerzo. Esto se debe a que los cuerpos que pierden más cantidad de líquidos tienen que reponerlos. Sin embargo, no deberíamos forzar a nuestro cuerpo a tomar más líquidos de los que precisa.

Pero, ¿tomar más agua de la necesaria conlleva algún tipo de problema? Beber más agua de la que el cuerpo demanda puede ser perjudicial para aquellas personas que cuenten con poca sudoración o sean sedentarias.

La hiperhidratación ocurre cuando hay un exceso de agua en nuestro cuerpo. Puede tener consecuencias graves para la salud, ya que consumimos más líquidos que los que nuestro organismo puede eliminar.

La importancia del sodio en el cuerpo

Una ingesta excesiva de agua puede provocar hiponatremia, produciendo niveles muy bajos de sodio en la sangre. La labor de este mineral es mantener el equilibrio entre los líquidos que se encuentran dentro y fuera de las células. También es necesario para el correcto funcionamiento de los impulsos nerviosos y la respuesta de los músculos a los estímulos.

La sed es el único aviso que debemos tener en cuenta

La solución a este posible problema es beber únicamente cuando se tenga sed. No es necesario ingerir la cantidad de agua recomendada, ya que no es beneficioso obligar al organismo a tomar más líquidos de los que puede soportar.

El cuerpo solo pide la cantidad de agua que necesita a través de la sed, por lo que es la única alerta válida para la hidratación del organismo. Dos tercios del agua corporal se encuentran en las células y en el espacio extracelular, y siempre existe la misma concentración en ambas partes. Puesto que el sodio es una de las principales sustancias que se encuentra en este lugar, es una alerta clave para controlar el agua.

Según la Cátedra Internacional de Estudios Avanzados en Hidratación, la pérdida de agua y el exceso de sal provocan un aumento de sodio en el espacio extracelular, por lo que el agua acude a equilibrar la concentración de líquidos. De esta manera, los osmorreceptores, las células que se encuentran en el cerebro, detectan la disminución del agua en el cuerpo y desencadenan la sensación de sed.

Con la edad, disminuye la capacidad de sentir sed, es decir, el estímulo de las células se debilita. Por lo que el cuerpo no puede responder a la sed de una forma natural. Por ello, las personas mayores deben hidratarse incluso cuando no sientan sed, ya que experimentan en menor medida esta sensación.

Otras formas de hidratarse

El cuerpo no solo se mantiene hidratado por el agua que bebemos. Existen muchos alimentos que también ayudan a que nuestro organismo tenga los líquidos suficientes. Ingerir frutas y verduras o beber infusiones y tés también son opciones válidas para su correcto funcionamiento.

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