RUTINAS DE LACTANCIA

Qué es la mastitis y cómo prevenirla si das el pecho

La lactancia es una etapa preciosa en la que madre e hijo establecen un vínculo indivisible. No obstante, no está exenta de problemas, complicaciones y dificultades que superar. Una de ellas es la mastitis. En este artículo explicamos en qué consiste y cómo prevenir esta infección mamaria la si das el pecho.

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Dar el pecho a un bebé no es una tarea fácil y cuando una mujer se enfrenta a ella hace un curso exprés sobre cuál es la postura que una madre debe adoptar para amamantar a su hijo, las diferentes formas que puede colocar a su bebé para que tome el pecho, cómo el bebé debe agarrar el pezón para que sea adecuado, la importancia del frenillo y muchos otros detalles relacionados.

Lamentablemente, también aprende de forma acelerada cómo identificar, tratar y sobrellevar las infecciones y otra serie de complicaciones comunes relacionadas con las mamas y la leche materna.

En este artículo de NovaMás queremos arrojar un poco de luz sobre en qué consiste la mastitis y facilitar algún consejo sobre cómo prevenirla para que muchas madres en periodo de lactancia no tengan que sufrir las consecuencias.

Qué es la mastitis

La mastitis es la inflamación de uno o varios cuadrantes mamarios y una de las dolencias más comunes en la lactancia. Se produce cuando una bacteria -habitualmente las estafilococos y los estreptococo- entran en el tejido mamario a través de un conducto de leche y comienzan a proliferar dentro de la glándula mamaria.

Hay dos tipos de mastitis:

  • La aguda es muy fácil de identificar a simple vista, dado que aparece una mancha roja en la piel del pecho que puede notarse caliente y algo dura. Además, suele ir acompañada de molestias y dolor. Cuando las toxinas llegan al torrente sanguíneo aparecen otros síntomas parecidos a la gripe como dolor articular, malestar general y fiebre que puede ser bastante alta.
  • La subaguda no presenta signos superficiales, pero se asocia a dolor dentro del pecho y pinchazos profundos en el pezón. Se puede notar ardor, quemazón, tirones y calambres.

Cómo prevenir la mastitis

Según el último protocolo aprobado por la Academia de Medicina de Lactancia Materna, para prevenir la mastitis, es importante que las madres lactantes sigan una buena higiene. Esto incluye lavarse las manos antes de amamantar, limpiar los pezones con agua tibia después de cada sesión de lactancia y usar sostenes bien ajustados que no ejerzan presión sobre los pezones.

Las madres lactantes también deben asegurarse del agarre correcto del bebé al pecho, minimizar el uso de las máquinas sacaleches y seguir con la lactancia a demanda. El volumen de leche depende de un mecanismo de retroalimentación, por lo tanto, una mayor extracción de leche aumenta la producción y, además, la leche contiene anticuerpos que pueden ayudar a proteger a las madres lactantes de las infecciones.

No es aconsejable el uso de pezoneras -accesorio que complica el correcto agarre del bebé al pezón- ni tampoco realizar masajes profundos en la mama, porque aumenta la inflamación, el edema y produce daños microvasculares.

Cómo tratar la mastitis

Si ya se ha producido la mastitis, es importante seguir amamantando al bebé. Amamantar no empeora la mastitis y, de hecho, puede ayudar a aliviar los síntomas. La succión del bebé puede ayudar a vaciar los conductos mamarios y reducir la inflamación.

También es importante que la madre lactante descanse lo suficiente, beba muchos líquidos y se considere la ingesta de probióticos para ayudar a su cuerpo a combatir la infección.

En algunos casos, se puede recetar un antibiótico para tratar la mastitis. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la mayoría de las infecciones mamarias pueden tratarse con éxito sin la necesidad de un antibiótico. Los antibióticos solo deben usarse en casos de infección grave o si los síntomas no mejoran después de unos pocos días.

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