MOMENTO CLAVE

El papel de la pareja en el parto: Qué ayuda de verdad y qué actitudes y comentarios hay que evitar

Aunque el día del parto la protagonista absoluta es la mujer, y el bebé que está en camino, la figura del acompañante es clave. Muchas parejas no están a la altura de las circunstancias y esa herida queda para siempre. Aquí te dejo lo que se espera de la persona que acompaña en ese día tan especial.

Una mujer y su pareja en el momento del parto

Una mujer y su pareja en el momento del partoFreepik

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Cuando se acerca el día del parto, las parejas se sienten inseguras sobre cuál será su lugar en ese momento tan intenso."¿Sabré qué hacer?, ¿sabré cómo acompañar?"... Y no les falta razón, ya que el acompañamiento adecuado puede marcar una gran diferencia en la vivencia del parto. Como matrona, he visto momentos de todo tipo y en este artículo os cuento qué ayuda realmente durante el parto y qué conductas y comentarios hay que evitar.

Estar presente sin ser protagonista

Lo más importante: estar presente de forma consciente, pero sin invadir el espacio. El parto es un proceso íntimo, y cada mujer lo vive de una forma distinta. La pareja debe aprender a estar disponible para la mujer, pero no forzar su apoyo físico o emocional si la mujer necesita espacio para conectar consigo misma.

  • Ayuda: Hacer saber que estás ahí si lo necesita, ofrecer tu ayuda, estar cerca pero sin imponer.
  • No ayuda: Hablar demasiado, hacer preguntas fuera de lugar o intentar animar, si eso interrumpe su concentración.
Una mujer durante las contracciones de parto
Una mujer durante las contracciones de parto | iStock

Doble apoyo: físico y emocional

Durante el trabajo de parto, una de las funciones más útiles es brindar apoyo físico para calmar las contracciones: masajes, movimientos con la pelvis, ayudar a cambiar de postura, ofrecer agua, recordar técnicas de relajación, crear un ambiente confortable.

Pero también el apoyo emocional es fundamental: validar lo que siente, transmitir confianza, mantener la calma, dar mensajes de apoyo.

  • Ayuda: Sostener sin juzgar, animar con frases simples ("lo estás haciendo genial"), respetar los silencios, ofrecer un masaje o cualquier otro recurso de alivio del dolor.
  • No ayuda: Minimizar el dolor ("no es para tanto") o proyectar emociones propias ("¿no deberías pedir la epidural ya?").
Mujer durante el proceso de parto
Mujer durante el proceso de parto | iStock

Buena actitud y predisposición constante

En ocasiones, cuando la mujer está bajo el efecto de la epidural, puede parecer que está relajada y no necesita nada. Lo mejor es preguntar y estar en situación disponible, predispuesto y con actitud hacia ella.

  • Ayuda: Que la mujer vea que estás ahí para todo lo que ella necesite, buen humor, sin quejas o lamentos.
  • No ayuda: Dormirse en la butaca o quejarse por la incomodidad, la temperatura o el tiempo que lleváis ahí, hablar por teléfono, estar pendiente del móvil o jugar a videojuegos. Tampoco ayuda estar haciendo fotos o vídeos si no lo habéis hablado antes y estáis de acuerdo los dos. Ella está en una situación más vulnerable y expuesta que la pareja y eso hay que tenerlo muy en cuenta.

Hacer los cursos de preparación al parto

Nuestra sociedad está desconectada del parto, y por eso necesitamos preparación e información. Hacer un curso de preparación al parto en pareja os ayudará a saber qué esperar, cómo actuar y qué evitar: como acompañante, te ayudará a sentirse parte del proceso sin desbordarte. También va a ayudar saber qué espera ella del parto, cuáles son sus deseos, y crear un plan de parto en común.

  • Ayuda: Conocer las etapas del parto, practicar juntos posiciones y diferentes recursos de alivio del dolor, hablar de los miedos, saber qué esperar del otro.
  • No ayuda: Llegar al parto sin haber hablado antes de lo que la mujer desea o necesita y sin conocer nada sobre el proceso de parto.

El mejor papel de la pareja en el parto es estar, sostener y cuidar. Nadie espera que lo hagas perfecto, ella solo necesitará que la acompañes con respeto, sensibilidad y amor. Porque el parto no es solo el nacimiento de un bebé, sino también el nacimiento de una nueva familia, y merece vivirlo desde el respeto y la presencia.

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