CUIDA TU MICROBIOTA

Prebióticos y probióticos: ¿qué diferencias hay entre ellos?

¿Te han recomendado alguna vez tomar probióticos cuando te han recetado un antibiótico? ¿Ingieres habitualmente prebióticos? Si la respuesta es afirmativa, este artículo es para ti. Te explicamos todo lo que debes saber sobre cómo cuidar tu microbiota y qué puedes tomar para ayudar a mantenerla sana.

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¿A quién lo he pasado? No te encuentras bien, parece que tienes fiebre y, además, sientes un dolor agudo al tragar. Vas al médico y te recomienda reposo y te receta antibiótico para combatir la infección bacteriana que tienes en la garganta. Te vas a casa, empiezas a tomar la medicación y, de repente, te das cuenta de que tienes hongos en los genitales o una descomposición atroz.

Como bien avisa en el prospecto, muchos antibióticos pueden tener estos efectos secundarios. ¿Por qué? Pues porque están diseñados para eliminar las bacterias que forman las infecciones y hacen que caigamos enfermas las personas, pero por el camino eliminan también las bacterias que forman la flora bacteriana que recubre nuestros intestinos y nuestras mucosas, la microbiota.

¿Qué es la microbiota?

La microbiota -también conocida como la flora bacteriana, flora humana o microflora- es el conjunto de microorganismos vivos y bacterias que se alojan en los intestinos y en las mucosas del cuerpo humano.

Se adquiere en el momento que nacemos y permanece estable hasta los 3 años, momento en el que puede sufrir alteraciones debido a la dieta, infecciones, la ingesta de medicación o el estrés.

La existencia de estas bacterias es fundamental para mantener un buen estado de salud, la calidad de la microbiota -rica, diversa, equilibrada y resiliente- potencia el desarrollo del sistema inmune, participa en la producción de energía y en la regulación del metabolismo e, incluso, influye en nuestro bienestar emocional.

Existen múltiples enfermedades que tienen como causa una alteración de la microbiota -como la obesidad, el asma o enfermedades cardiovasculares- y otras muchas que afectan directamente a la calidad de la misma -como la celiaquía, la enfermedad de Chron o la gastritis-, por ello es tan importante tener una especial cura de ella.

Diferencias entre prebióticos y probióticos

¿Qué son los prebióticos?

Los prebióticos son fibras vegetales que actúan como nutrientes para estimular el crecimiento de bacterias sanas y mejorar el equilibrio de la microbiota. Se encuentran en muchas frutas y verduras, especialmente en aquellas que tienen un alto contenido en carbohidratos complejos como la fibra o el almidón resistente.

Estos carbohidratos no son digeribles por el cuerpo, como por ejemplo muchos granos integrales o algunas hortalizas de hoja verde, por lo que pasan a través del sistema digestivo para convertirse en alimento para las bacterias y otros microbios.

¿Qué son los probióticos?

Los probióticos son diferentes, ya que contienen microorganismos vivos -cepas que se añaden a la microbiota humana- destinados a mantener, completar y mejorar las bacterias que ya conforman la microbiota del cuerpo humano.

Los probióticos pueden encontrarse en algún alimento -como el yogur, el chucrut, al kombucha o el kéfir- pero, sobre todo, hay una serie de suplementos alimenticios que fabrica la industria farmacéutica que podemos conseguir. Las cepas con mejores resultados, según la evidencia científica, son las que pertenecen a las bacterias del género Lactobacilius y Bifidobacterium que contribuyen a la mejor del sistema inmune y a la protección de la flora intestinal, favorecer la digestión, evitar gases y combatir el estreñimiento.

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