¿A qué edad es recomendable empezar a ofrecer yogures a los bebés?

Existen etiquetas de yogures elaborados con leche sin adaptar que indican que su consumo es "a partir de 6 meses". También hay calendarios de introducción de la alimentación complementaria que se ofrecen en consultas de pediatría a las familias con bebés, donde se recomienda su consumo, normalmente en las meriendas, y es un alimento que está muy arraigado como parte de la dieta infantil tradicional. Vamos a analizar qué pauta es la más recomendable para la salud.

¿Yogures antes del año?

Si el bebé continúa con lactancia materna o de fórmula a demanda, que es lo que se recomienda en esta etapa de los 6 a los 12 meses, introducir lácteos de vaca sin adaptar no tiene ninguna ventaja nutricional; estos nutrientes contenidos en el yogur ya se están aportando con la leche y en una forma más adaptada a las necesidades propias de la edad que el yogur.

Pero es que además de no tener ventajas, sí puede presentar desventajas.

¿Cuándo se recomienda empezar a ofrecer yogures a los bebés?

La mayoría de países difieren en sus recomendaciones sobre cuándo es el mejor momento para empezar a ofrecer yogures elaborados con leche de vaca sin adaptar, es decir, aquellos que no están elaborados con leche de fórmula, siendo la recomendación más común recomendar empezar a ofrecerlos si se desea a partir de los 12 meses de edad.

Las recomendaciones menos restrictivas, nos hablan de comenzar a dar leche de vaca sin adaptar a partir del año y pequeñas cantidades de queso y yogur a partir de los 9 meses. O dicho de otra manera que no se introduzca leche sin adaptar antes del año como fuente principal de leche, pero que si se introducen lácteos sin adaptar como parte de las elaboraciones de la alimentación complementaria en pequeñas cantidades no pasa nada.

¿Cuál es el motivo de retrasar la introducción de la leche de vaca sin adaptar en bebés?

El motivo de retrasar la introducción de leche de vaca sin adaptar a partir del año es que esta es una de las principales causas de ferropenia en la etapa 6-12 meses. En esta etapa, las necesidades de hierro son más elevadas que en cualquier otra etapa de la vida, debido a que es una etapa de crecimiento muy rápida y llegan a ser difíciles de cubrir.

Por un lado, la ingesta de lácteos puede desplazar la ingesta de leche materna, leche de fórmula o de cualquier otro alimento que será una mejor fuente de hierro- o que contenga sustancias que incrementen la absorción de hierro-. Hay que tener en cuenta que los lácteos son una pobre fuente de hierro y que, además, presentan sustancias inhibidoras de su absorción. Hay estudios que encuentran una relación entre la introducción temprana de lácteos de vaca sin adaptar y un sangrado gastrointestinal microscópico, al menos antes de los 9 meses.

Por otro lado, se está estudiando el impacto para la salud en edades posteriores de la incorporación de diferentes fuentes proteicas en la etapa de la alimentación complementaria. Hay estudios que encuentran que el exceso de proteína en esta etapa, especialmente de proteína láctea, puede aumentar en la edad adulta el riesgo de diabetes tipo II y dislipemias (alteraciones del perfil lipídico en sangre).

Y hay que tener en cuenta que un solo envase de yogur ya supera el 70% de los requerimientos proteicos diarios en la etapa 6-12 meses, no dejando cabida para otras fuentes proteicas, que además serán buenas fuentes de hierro.

Así que tanto para prevenir una ferropenia, común en esta etapa, como para prevenir las consecuencias en edades posteriores de un exceso de proteína láctea en la etapa de la alimentación complementaria, y porque no tiene ninguna ventaja nutricional, no se recomienda ofrecer yogures de leche de vaca sin adaptar antes del año. Esto tampoco quiere decir que a partir del año sea obligatorio hacerlo, pero si se hace, que sean yogures naturales sin azúcares añadidos.

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