¿Te obsesionas con el perfeccionismo y el orden? Tienes una personalidad anancástica

¿Cuándo cumples con tus objetivos no los disfrutas porque siempre quieres más? ¿Eres demasiado ambiciosa? Si has respondido que sí, probablemente te sientas identificada con la personalidad anancástica.

Qué es la personalidad anancástica

La personalidad anancástica es aquella en la que la persona tiene una preocupación patológica por el perfeccionismo y el orden. Son muy rígidos tanto consigo mismos como con los demás y tienen un sentido de la justicia muy elevado e inflexible.

Este perfeccionismo, junto con la necesidad de control característicos de la personalidad anancástica, llevan al desgaste emocional, provocando trastornos de ansiedad y del estado de ánimo con mucha frecuencia. A veces, el mundo refuerza este tipo de personalidad, pero llega un momento en el que no es sostenible.

El trastorno de la personalidad anancástica es más frecuente en hombres que en mujeres y suele potenciarse entre los 40 y los 50 años.

Características del Trastorno Anancástico de la Personalidad

Entre las principales características de las personas con este trastorno, se destacan las siguientes:

• Incapacidad para tomar decisiones y precauciones excesivas debido a una elevada inseguridad

  Muestran una excesiva responsabilidad que los lleva a actuar de forma extremadamente comprometida, por ejemplo: quedándose en el puesto de trabajo hasta una cantidad de horas en las que se perjudique sus condiciones óptimas de salud.

• Preocupación excesiva por los detalles

  Estas personas se obsesionan con las reglas, listas, orden y horarios. Se obsesionan con la previsión porque no toleran la incertidumbre, por eso se guían por normas rígidas sometiéndose a ellos mismos a una ansiedad continua.

• Perfeccionismo

  La búsqueda de la perfección se da principalmente en el ámbito laboral, donde el foco está en los objetivos y las normas o instrucciones de los superiores. En cuanto al ámbito personal, en el día a día las personas anancásticas pueden pasar numerosas horas realizando una misma actividad con el fin de obtener el mejor resultado posible.

• Rectitud y escrupulosidad excesivas junto con preocupación injustificada por el rendimiento

  Estas personas llegan hasta el extremo de renunciar a actividades placenteras y a relaciones personales. No toleran la incertidumbre, por lo que se cogen a normas rígidas para mantener el control y el orden. El hipercontrol genera gran malestar emocional y ansiedad.

• Pedantería y convencionalismo con una capacidad limitada para expresar emociones

  Tienen una idea muy rígida de lo que está bien y lo que está mal, lo que les afecta en su forma de relacionarse con los demás y con el mundo, incluso de conectar con sus propias emociones.

• Rigidez y obstinación

  La rigidez y la búsqueda incesante de control los lleva a sentir un gran malestar, por eso la ansiedad muchas veces va de la mano de la personalidad anancástica.

• Insistencia poco razonable

  Insistencia sobre todo en que los demás se sometan a la propia rutina y resistencia también poco razonable a dejar a los demás hacer lo que tienen que hacer. Les cuesta mucho delegar y el foco lo tienen tan centrado en sí mismos que les cuesta comprender a los demás y escuchar, por eso intentan imponer sus propias ideas y que los demás actúen como ellos.

• La irrupción no deseada e insistente de pensamientos o impulsos

  Tienden a la negatividad y a pensamientos polarizados (las cosas o son blancas o negras, no hay tonos grises).

Diferencia entre Trastorno Anancástico, Trastorno de Personalidad Obsesivo-Compulsivo y Trastorno Obsesivo-Compulsivo

En el Trastorno Anancástico de la Personalidad las personas que lo padecen no ven un problema en su comportamiento, igual que sucede con el Trastorno de Personalidad Obsesivo-Compulsivo, donde las personas ven sus rasgos como adaptativos.

El Trastorno Anancástico de la Personalidad es como una versión más light del Trastorno de Personalidad Obsesiva-Compulsiva o que el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

En el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), las personas que lo padecen pueden llegar a tener pensamientos más irreales. Por ejemplo: miedo a tener una enfermedad que no padece o de la que no tiene síntomas. Se trata de pensamientos con contenidos desagradables, que empujan a la persona a poner en marcha conductas rituales para librarse de ellos. Además, en el TOC las personas reconocen sus síntomas como problemáticos y quiere liberarse de ellos.

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