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Día de la celiaquía

Mitos y verdades sobre los celíacos

Se estima que un 1% de la población sufre esta enfermedad en nuestro país.

Enfermedad celíaca

Enfermedad celíacaiStock

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O lo padeces o tienes a alguien a tu alrededor a quién, de repente, le han diagnosticado que es celíaco: aunque se detecta mucho en la infancia, cada vez es más habitual su detección tardía, en la edad adulta. Y nos engañemos, diagnosticado en la niñez, el niño, el pequeño se acostumbra más fácilmente, pero de mayor es un buen mazazo de cara a la alimentación (aunque también es cierto que cada vez hay más opciones en cuanto a alimentos).

Hoy se celebra el día de la celiaquía y vamos a desmontar algunos mitos y a contar algunas verdades sobre esta enfermedad, de la mano de Carlos Miguel de Sola Earle, Especialista en enfermedades del Aparato Digestivo y miembro de Top Doctors.

“Algunas ideas clásicas que se han venido estableciendo sobre esta enfermedad no son realmente tan taxativas a mi modo de ver. Dicen que la enfermedad celíaca no es una alergia a un componente de los cereales, sino un proceso inflamatorio de base inmunológica más complejo y en eso estoy de acuerdo. Pero, sin embargo, hay muchos pacientes celíacos que desarrollan alergias a otros alimentos, incluido los cereales con gluten, por la propia alteración de la permeabilidad intestinal existente en estos pacientes”, explica Earle.

“Digamos que hay celíacos y celíacos que además son alérgicos al gluten. Al controlar la celiaquía, estas alergias se recuperan en la mayoría de las ocasiones y otras veces no, de forma que el paciente ya tratado, al tomar gluten desarrolla cuadros similares a una reacción alérgica con dolor abdominal y erupción en la piel”, continúa.

La enfermedad celíaca constituye una enfermedad específica en sí misma pero con múltiples variantes. “Ser celiaco requiere de varias circunstancias coincidentes, una de ellas es reconocer el gluten como un elemento extraño con capacidad para generar inflamación; pero hay otros factores, como son, el no tener capacidad para digerir o eliminar adecuadamente el gluten de la dieta; disponer de una capacidad inmunológica capaz de generar una reacción inflamatoria alta cuando los linfocitos contactan con esta proteína; o disfrutar de una buena capacidad depurativa o antiinflamatoria que compense esta situación”, explica el galeno.

Pan sin gluten
Pan sin gluten | iStock

¿En la celiaquía no hay grados? “No es exactamente así. En lo que no hay término medio es en el riesgo de ser o no celiaco. Este riesgo es una pura coincidencia que solo podremos aseverar mediante una secuenciación de nuestro ADN, porque incluso los estudios genéticos disponibles dejan escapar, estimo, hasta un 10 % de casos sin diagnosticar. Sí que existen grados, los hay en cuanto a la intensidad inflamatoria del problema y a la localización del mismo pero esto solo pueden verlo profesionales muy especializados”, explica.

Otro mito tiene que ver con la curación: hay gente que se puede curar con los años y esto, de momento, no es así. “Nadie se cura de la celiaquía, una vez aparece, es para siempre, pero aunque el riesgo de enfermar sea genético, corregir otros factores hace que la inflamación se pueda controlar. Por tanto, si ante un diagnóstico de enfermedad mediada por gluten, la idea de que ha de eliminarse para siempre y de que nadie ha de saltarse la dieta por riesgo a tener síntomas o desarrollar complicaciones, ha de ponerse en entredicho y analizar otras variantes de tratamiento que permitan disfrutar de estos productos. A medida que los médicos disponemos de herramientas que permiten ver la evolución de la enfermedad, vamos aprendiendo a manejar el problema y este axioma no es definitivo”.

Otro mito tiene que ver con que la dieta sin gluten adelgaza, y eso no es así, porque además son muchos los panes y bollería aptos para esta población que contienen más grasas y azúcares que los convencionales (para darles buen sabor y esponjosidad): “Hay celíacos que adelgazan porque tenían el vientre inflamado y repleto de contenido intestinal dado el enlentecimiento del tránsito digestivo. Al mejorar, el volumen del vientre, el peso se reduce. También pierden peso algunos pacientes porque el gluten les afectaba a alguna función hormonal y generaba cambios metabólicos”, finaliza.

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