SUPERA EL CALOR

Consejos para sobrevivir al verano embarazada

¿Estás embarazada, tu movilidad es reducida, tienes ardores, náuseas y dolores de espalda y, además, debes lidiar con esta ola de calor? En este artículo te damos algunos consejos para que puedas sobrevivir al verano embarazada. Aplica algunos de los trucos y el embarazo te será más llevadero con las altas temperaturas.

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Cada embarazo, parto y postparto es distinto. Ya puedes ser novel en la materia o toda una experta. Todas las mujeres tenemos claro que no hay dos vivencias iguales porque depende de muchos factores como la edad, la forma física, las personas que tengas a tu alrededor y la época del año.

Estar embarazada en verano puede ser tremendamente agotador, porque a las molestias típicas del proceso, como por ejemplo los ardores, las náuseas, el dolor de espalda, la fatiga, el insomnio o la reducción de movilidad, se le suma el lidiar con las altas temperaturas.

En este artículo te traemos algunos consejos para que apliques en tu día a día este verano y que te ayuden a sobrellevar la canícula de estos meses. Son trucos sencillos, fáciles de ejecutar y no necesitas la ayuda de nadie.

Hidrátate, protégete del sol y mantente fresquita

La hidratación es esencial para cualquier persona cuando las temperaturas comienzan a subir y nuestro cuerpo comienza a sudar para equilibrarlas, dado que nos podemos deshidratar, marear y sufrir cualquier caída. En el caso de una mujer embarazada es más importante que mantenga la hidratación a raya, así que acostúmbrate a llevar una botella o cantimplora encima para echar mano de ella cuando la necesites.

Protégete del sol más que nunca. No salgas de casa sin protección solar, -aunque esté nublado- y ten especial cuidado con la cara y el escote. Mucho mejor si utilizas sombreros para evitar la exposición solar directa en la zona y no contribuir al cloasma -aparición de manchas debido a los cambios hormonales que provocan alteraciones en la pigmentación-.

Procura permanecer a la sombra o en lugares climatizados la franja horaria en la que más verticales caen los rayos del sol -de 12 h a 16 h- y si, además, puedes disfrutar de las corrientes de aire o de las terrazas que disponen de ventiladores con agua pulverizada, será mucho mejor para combatir el calor.

Comida ligera, descanso y baño

Las comidas copiosas estando embarazada nunca son una buena idea, pero en verano aún menos, pues necesitamos mucha energía para realizar la digestión que se puede volver demasiado pesada. Elige todo tipo de ensaladas fresquitas, sopas frías y alimentos jugosos como las verduras asadas, encurtidas y las frutas con mucho componente de agua.

Reposa aunque no estés cansada. No tengas prisa por levantarte de la cama -aunque tengas mil cojines para encontrar la postura-, recuéstate en el sofá después de cada comida y cuando te sea posible, pon los pies en alto. Si esto lo acompañas de friegas con alcohol de romero, activarás la circulación y tendrás menor sensación e hinchazón.

Remójate todo lo que puedas. En la piscina, en la playa, en el río, bajo la manguera o date varias duchas al día. Refréscate tantas veces como sea posible porque la sensación de fatiga provocada por el calor disminuirá notablemente.

Ropa de algodón y protección contra los mosquitos

Las mejores prendas que puedes lucir para tener menos calor son las más ligeras y transpirables que tengas, sobre todo si son de algodón o lino. Los vestidos amplios y cómodos y el calzado más plano y cómodo que dispongas serán tus mejores aliados para llevar un outfit de lo más fresquito.

Si por la noche todavía te quedan fuerzas para dar un paseo o para disfrutar de un rato en una terraza, ¡protégete de los mosquitos! Las plantas de albahaca y las velas de citronela ahuyentar a estos molestos insectos que pueden masacrarte a picaduras. Si estás en casa, te recomendamos enchufes de ultrasonido, son suaves, nada tóxicos y muy eficaces.

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