¿Conoces los microondas sin plato giratorio?

Queda ya muy lejos el levantarte por la mañana y calentar la leche en un cazo para tomarte un café que te despierte y te haga entrar en calor. Hace décadas que prácticamente todos los hogares tienen en su cocina un microondas, ese pequeño y práctico aparato en el que puedes calentar cualquier plato o bebida en un periquete.

Los hay incluso que tienen función grill y te permite asar verduras, tubérculos o carnes y pescados sin necesidad de pasar por el horno o descongelar comida en un pispás y de forma segura, calibrando el peso de cada alimento y configurando el temporizador.

Está claro que desde que llegó el microondas a nuestras cocinas nos ha facilitado la vida enormemente y, cuando pasamos unos días en una casa que no tiene, lo echamos mucho de menos.

Pues bien, la nueva generación de los electrodomésticos llega pisando fuerte y en NovaMás nos hemos propuesto que no se te escape ningún detalle de los microondas sin plato giratorio o con base de cerámica. Sigue leyendo.

¿Cómo funcionan los microondas sin plato giratorio?

Una de las características de este electrodoméstico es el plato giratorio. Hasta ahora era muy importante que el recipiente que introducíamos en el microondas fuera dando vueltas para asegurarnos de las ondas de alta densidad se distribuyera de forma homogénea y al rebotar en las paredes metálicas llegaran a todos los rincones.

La nueva generación de microondas ya no tiene esta necesidad, dado que en su interior encontramos una base de cerámica, similar a la de los hornos, esto es, una superficie plana y lisa que se encarga de distribuir el calor por toda la zona sin necesidad de que nada en su interior gire sobre un plato colocado encima de ruedas.

El funcionamiento es muy similar al de los microondas tradicionales, salvo que las ondas se distribuyen por toda la base sin dejar huecos libres, por lo que ya no hay necesidad de que el contenido no deje de girar.

Ventajas de los microondas con base cerámica

Son múltiples las ventajas que conlleva un microondas de este tipo. Para empezar, se dispone de mayor capacidad. Por un lado, podemos usar toda la base del interior del aparato para llenarlo de alimentos, no estamos limitados al espacio que determina el plato de cristal que gira en el interior, por lo que se multiplica su capacidad de carga.

Por otro lado, al no tener que girar podemos introducir en el electrodoméstico un recipiente que tenga cualquier forma -rectangular, por ejemplo-. Con estos modelos ya no es necesario calcular margen suficiente en los laterales para facilitar el movimiento del recipiente que hemos introducido.

Son más fáciles de limpiar, no es necesario desmontar su interior y fregar -o colocar en el lavavajillas- cada una de las piezas, sino que al no tener diferentes componentes, con pasar una simple bayeta de cocina húmeda y un desengrasante queda como nuevo.

El principal inconveniente es que estos nuevos aparatos resultan más caros que sus predecesores. Además, muchos de ellos están diseñados para ser integrados en el mobiliario de la cocina, por lo que si tienes en mente colocarlo sobre el mármol de la cocina, mejor que recurras al aparato clásico.

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