ANQUILOGLOSIA

Bebés con frenillo sublingual: ¿Se debe cortar?

La corrección de estos frenillos durante los primeros días de vida consiste en una intervención muy sencilla con poco riesgo que puede evitar muchos problemas a corto y largo plazo.

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En los últimos años ha surgido el debate en torno al frenillo lingual corto (o anquiloglosia) que se diagnostica en los bebés recién nacidos y en si se debe cortar lo antes posible. En este artículo explicamos de forma sencilla cómo se diagnostica un frenillo corto, qué problemas puede ocasionar y en qué consiste su intervención.

¿Qué es el frenillo sublingual?

El frenillo sublingual es un tejido fibroso que se sitúa debajo de la lengua. Idealmente el frenillo sublingual debería formar parte de la lengua pero en ocasiones, debido a una anomalía en la formación, este frenillo se sitúa fuera de la lengua pudiendo anclarla al suelo de la boca dificultando sus movimientos.

¿El frenillo sublingual corto genera problemas en la lactancia?

Que un recién nacido tenga un frenillo lingual corto no significa inexorablemente que vaya a tener problemas con la lactancia materna, ya que el pecho de la madre puede adaptarse a las necesidades del bebé y en ocasiones este frenillo admite cierta flexibilidad con un adecuado agarre.

Sin embargo, en los últimos años el creciente interés de las madres por conseguir una lactancia materna exitosa ha ocasionado que se detecte la anquiloglosia con mayor frecuencia y se trate precozmente cuando existen dificultades.

¿Cómo se puede saber si un bebé tiene el frenillo lingual corto?

Cuando existe anquiloglosia, los bebés presentan dificultades para la movilidad de la lengua, no pueden elevar la lengua hacia el paladar o no pueden sacarla más allá del labio inferior.

En ocasiones la lengua adquiere forma de corazón (o bífida) cuando el frenillo alcanza la punta de la lengua. También se puede sospechar cuando el paladar tiene forma ojival o la mandíbula inferior está muy retrasada. El frenillo corto se puede diagnosticar de forma visual al ver esta limitación en los movimientos o de forma manual al detectar el anclaje de la lengua.

¿Qué repercusión puede tener la anquiloglosia sobre la lactancia materna?

Al estar limitada la movilidad de la lengua (sobre todo la elevación), el bebé no puede realizar una correcta presión sobre el pezón de la madre, lo que dificulta un agarre correcto del pecho y una adecuada extracción de la leche. Por eso en ocasiones las tomas duran mucho tiempo, el bebé está muy irritable y no consigue ganar peso.

En las madres, la anquiloglosia del bebé puede ocasionar grietas en el pezón, una succión dolorosa o mastitis de repetición porque el pecho no se vacía correctamente de leche. Esto provoca la frustración de las madres lactantes y el abandono precoz de la lactancia materna.

¿Puede tener repercusiones a largo plazo?

Dependiendo del tipo de frenillo corto que presente el bebé se ha estudiado que puede tener repercusiones a varios niveles:

  • Alimentación: Incluso con la alimentación complementaria se ha observado que el frenillo corto puede influir en la forma de masticar e ingerir los alimentos.
  • Dentición: La escasa movilidad de la lengua puede provocar un desarrollo maxilofacial deficiente lo que puede influir en la erupción y colocación de los dientes.
  • Infecciones: la elevación del paladar que sufren estos pacientes puede provocar que los orificios nasales sean mas estrechos y el niño respire por la boca haciendo que los gérmenes puedan entrar en la vía respiratoria provocando bronquitis y neumonías.
  • Lenguaje: Se ha visto que los niños con frenillo lingual corto pueden tener dificultades para la pronunciación de ciertas consonantes como la "r", "l", "n", "t", "s" o "z".

¿Se debe cortar el frenillo sublingual cuanto antes?

La indicación de frenotomía debe ser emitida siempre por un profesional de la salud experto (matrona, pediatra, maxilofacial...) que valore el tipo de frenillo y su repercusión sobre la lactancia materna. La frenotomía consiste en seccionar el frenillo mediante un bisturí, unas tijeras o un láser la membrana que une la lengua al suelo de la boca. Apenas sangra y no requiere sedación en los lactantes menores de 3 meses.

Dado que se trata de una intervención sencilla sin riesgos importantes se aconseja realizarla durante las primeras semanas de vida en aquellos casos en los que la lactancia materna no haya mejorado a pesar de las medidas posturales.

Tras la frenotomía es esencial instruir a los padres para realizar ejercicios de movilidad de la lengua que eviten que el frenillo se vuelva a formar y que enseñen al niño a mover la lengua de forma adecuada.

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