UN LUGAR HISTÓRICO
El Palacio Miramar de San Sebastián en plena renovación: así es la antigua casa de verano de la familia real
El histórico Palacio Miramar, antigua residencia veraniega de la familia real española, se somete a una rehabilitación integral que preserva su estética original, mejora su eficiencia energética y garantiza su uso cultural hasta su finalización prevista en 2028.

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El Palacio Miramar de San Sebastián, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad y con unas de las mejores vistas sobre la bahía de La Concha, avanza en su proceso de rehabilitación integral.
Los trabajos, que comenzaron en marzo, abarcan tanto el interior como el exterior del inmueble y buscan preservar al máximo su estética original.
La sociedad que gestiona el edificio, encabezada por el director gerente del Kursaal, Iker Goikoetxea, ha confirmado que la primera de las cuatro fases ya está en marcha.
Esta etapa, la más importante del proyecto, actúa sobre el edificio principal y permitirá que el palacio pueda seguir acogiendo actividades como los Cursos de Verano de la UPV-EHU, incluso mientras las obras continúan.

La antigua residencia de verano de la familia real
Inaugurado en 1893 y construido en estilo inglés, el Palacio Miramar fue durante décadas la residencia de verano de la Familia Real española. Su ubicación y su arquitectura palaciega lo convirtieron en un símbolo de la presencia estival de la monarquía en San Sebastián, ciudad que llegó a ser capital veraniega del país.
El edificio conserva numerosos elementos históricos y está protegido con el máximo grado patrimonial, lo que condiciona cualquier intervención. Tanto la Diputación Foral de Gipuzkoa como el Departamento de Patrimonio deben supervisar todos los trabajos, garantizando que el conjunto mantenga su identidad original.

Hoy, el Palacio Miramar combina su valor histórico con un uso cultural y social muy activo: solo en 2024 acogió 218 eventos y recibió a más de 21.000 asistentes, consolidándose como uno de los espacios más dinámicos de la ciudad.
Más sobre el palacio
Su fachada principal combina elementos de piedra y madera, con grandes ventanales que inundan de luz natural los espacios interiores.
El edificio destaca por sus techos con inclinaciones distintas, barandillas ornamentadas y jardines que rodean la construcción, diseñados para integrarse con el paisaje costero, reflejando el gusto refinado de finales del siglo XIX.
En su interior, el palacio cuenta con salones amplios destinados a recepciones, comedores decorados con molduras y chimeneas originales, así como habitaciones privadas que conservan detalles históricos como suelos de madera y techos ornamentados.

También tiene espacios funcionales como cocinas, despachos y zonas de servicio, distribuidos de manera que facilitan tanto la vida cotidiana como la organización de eventos.
Los jardines y terrazas exteriores se comunican directamente con los salones, ofreciendo vistas panorámicas y convirtiendo al palacio en un lugar ideal para encuentros culturales y actividades públicas.
Así avanza la rehabilitación
La primera fase de la rehabilitación cuenta con las fachadas, las cubiertas y el sistema energético. Una de las intervenciones más visibles ha sido la instalación de 30 nuevas ventanas de acero de la firma Jansen, diseñadas para mejorar la eficiencia energética sin alterar la estética original de 1893.
Estas piezas permiten un mayor aislamiento térmico y acústico, contribuyendo a reducir el consumo energético del palacio. Las piezas metálicas históricas se han respetado para conservar la apariencia tradicional, un aspecto imprescindible en un edificio catalogado como bien cultural.

Además, también se han renovado las salidas de emergencia, adaptando el palacio a la normativa actual de seguridad sin renunciar a su valor arquitectónico.
Inversión y previsión
El proyecto completo de rehabilitación del Palacio Miramar supone una inversión de 10 millones de euros y está previsto que finalice en el verano de 2028.
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Según Goikoetxea, los trabajos avanzan correctamente pese a la complejidad del proceso, y permitirán que el edificio siga creciendo como espacio cultural y de congresos, con importantes eventos internacionales ya programados.
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