EL ÚLTIMO ADIÓS
María Zurita y Nuria González arropan a Cari Lapique y sus hijas en el tanatorio tras la muerte de Carlos Goyanes
Carlos Goyanes ha fallecido de forma repentina a los 79 años. Su pérdida ha dejado un vacío en su mujer, Cari Lapique, y en sus hijas, Carla y Caritina. Familiares y amigos han querido dedicarle su último adiós arropando a la familia en este doloroso duelo.
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El inesperado y repentino fallecimiento de Carlos Goyanes este miércoles a causa de un paro cardíaco a los 79 años ha dejado completamente desolada a su familia. El empresario se encontraba en su casa de Marbella.
Abatidas, de riguroso luto e incapaces de contener las lágrimas llegaba su viuda, Cari Lapique, y a sus dos hijas, Caritina y Carla Goyanes, al tanatorio de San Pedro de Alcántara para dar su último adiós en la más estricta intimidad.
Y como no podía ser de otro modo, han sido innumerables los amigos y rostros conocidos que han querido arropar a la familia acercándose al velatorio para asistir a la misa funeral. María Zurita, Ana Botella, Rosauro Varo, Rafa Medina, José María García junto a su hijo Luis García Fraile, Olivia de Borbón y Julián Porras, Maribel Yébenes y su hija Myriam, o Pedro Trapote y Begoña García Vaquero.
Íntima amiga de Cari, Nuria González llegaba muy afectada al tanatorio para estar a su lado tras la muerte de su marido. Un varapalo que ella sufrió hace tan solo 9 meses con el fallecimiento de Fernando Fernández-Tapias, del que todavía se recupera.
Muy cercanos a los Goyanes-Lapique, Pepe Barroso acudía al sepelio con su madre y uno de sus hijos, Felipe; y minutos después era su exmujer Mónica Silva la que hacía su aparición junto a sus hijos Jaime y Pepe Barroso Jr., y su nuera Gara Arias.
Tras una larga jornada en el tanatorio en la que las muestras de cariño fueron constantes, una desolada Cari Lapique, casi sin fuerzas, abandonaba la capilla ardiente junto a su hija Carla y su yerno Jorge Benguría, agradeciendo el apoyo de los medios de comunicación en este doloroso momento.
Poco después era la primogénita del empresario, Caritina, la que incapaz de contener las lágrimas, aunque intentando dar muestras de su entereza arropada por su marido Antonio Matos y una amiga, salía del lugar tras dar el último adiós a su padre, con el que siempre presumió de una maravillosa y especial relación.
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