La amistad de Victoria Beckham y Katie Holmes que creció tras la separación de la actriz y Tom Cruise

Que las amigas son para siempre y que, por supuesto, se alegran de tus logros, es algo que sabe de sobra Victoria Beckham gracias a la relación de amistad que mantiene con Katie Holmes desde hace décadas. Y su última aparición pública lo ha dejado claro.

La diseñadora sigue cosechando éxitos y prueba de ello ha sido la colaboración que ha hecho junto a la marca de relojes Breitling en Nueva York. Un proyecto en el que, como no podía ser de otra manera, ha contado con el apoyo incondicional de la actriz estadounidense. Y es que, aunque son pocas las ocasiones en las que las cámaras la fotografían juntas, cada vez que hacen una aparición queda constancia de que su relación sigue al pie del cañón, pase lo que pase.

Su historia comenzó sobre los años 2000 y, aunque los que empezaron su amistad fueron David Beckham y Tom Cruise, sus respectivas parejas no tardaron en establecer un vínculo tan fuerte que continúa a día de hoy. Por aquel entonces, el futbolista jugaba en el Real Madrid y, por tanto, su residencia se encontraba en la capital. Pero, a pesar de la distancia que les separaba, nunca fue un impedimento para ellos.

Cuando Beckham se despidió del club merengue y comenzó una nueva etapa de la mano del equipo Los Ángeles Galaxy, Tom fue clave en esta nueva vida. Le hizo partícipe de cada uno de sus planes, le abrió las puertas de sus amistades y el futbolista se convirtió en uno más de su exclusivo círculo cercano de amigos. Gracias a esta relación, no solo Victoria y Katie se unieron como nunca, sino también sus hijos.

Pero Tom Cruise y David Beckham empezaron a distanciarse cuando salió a la luz el divorcio del actor y Katie en 2012. Un vendaval mediático que hizo mella en su amistad, aunque no en la de ellas. La diseñadora y la actriz se unieron contra viento y marea, llegando incluso a decirse que Victoria se había convertido en el máximo apoyo de Katie en uno de los momentos más complicados de su vida. Y así ha sido. Dos décadas después siguen siendo uña y carne.

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