En el Reina Sofía también se tapea... de la mano de Arzábal

En apenas seis años, Taberna Arzábal se ha convertido en un centro de peregrinación para los amantes del tapeo y del producto de temporada. Lo que comenzó en un pequeño local con apenas seis mesas y una barra, ahora anuncia su próximo proyecto de la mano de uno de los museos de arte contemporáneo más importantes del mundo que, antes de la llegada de la familia Arzábal, ya había vivido experiencias gastronómicas protagonizadas por cocineros de la talla de Sergi Arola.

Esta nueva sede, que contará con un espacio en el interior del museo y una terraza de más de 700 metros cuadrados, continúa con la filosofía de su predecesor. Un viaje a lo natural en el que el producto se expresa sin rodeos en platos de temporada. Para ello, no faltarán algunos de sus grandes clásicos.

Destacan dentro de su oferta las croquetas de ibérico con leche de oveja, la sartén de huevo con trufa o las piparras fritas. La ensaladilla, una de los mayores 'hits' de los Arzábal, también se encuentra en la carta aunque, lamentablemente, solo la podremos encontrar en temporada de bonito.

¿Cómo ha llegado Arzábal hasta aquí? Un negocio tradicional con tintes de innovación es la receta del éxito de Iván Morales y Álvaro Castellano, fundadores del grupo. Con este, suman un cuarto espacio que se une a sus otros restaurantes, A de Árzabal y Lovnis. Un nuevo reto para estos empresarios que, a base de trabajo y respeto al producto, promete convertirse en el nuevo espacio revelación de la capital.

Álvaro Castellanos e Iván Morales, diplomados en la Escuela de Hostelería de Casa de Campo, comienzan su andadura profesional en 2009 con la apertura de Taberna Arzábal. Un pequeño local que en cuestión de meses consigue alzarse con el premio al restaurante revelación por la Guía Metrópoli. Ahora la familia crece y a este inicial se suman el Club A (2013), Lovnis (2015) y la próxima apertura del restaurante del Museo Reina Sofía.