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Blanqueamiento dental: qué tipos hay y cuál es el más indicado para ti

La técnica aplicada condiciona la duración del tratamiento y su resultado final.

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Una de nuestras armas de seducción más potentes es la sonrisa. Sin duda, unos dientes bien alineados y relucientes son, de entrada, una buena carta de presentación. Sabemos que la sonrisa es algo que debemos cuidar y, una manera de hacerlo es devolviendo el blanco de nuestro esmalte dental, como si de dientes de leche se tratara.

Hace años que el blanqueamiento dental se colocó como el principal reclamo en las clínicas dentales y, desde entonces, su reputación no ha parado de aumentar.

Además, con el paso del tiempo la técnica ha ido evolucionando y mejorando para adaptarse a las diferentes necesidades de los pacientes. Si estás pensando en realizarte un blanqueamiento dental este artículo te interesa. A continuación, te explicamos los distintos tipos de tratamientos que existen para que presumas de una dentadura deslumbrante.

¿Qué es un blanqueamiento?

Antes que nada, vale la pena aclarar qué estamos haciendo con un blanqueamiento dental. Este es un proceso de odontología estética que sirve para aclarar la coloración del esmalte y de la dentina a través de diferentes técnicas y productos.

Antes de hacerte un blanqueamiento, es importante que un profesional te realice un examen bucal para que compruebe el estado de salud de tu boca y la ausencia de contraindicaciones (daños en las encías, caries, etcétera).

Además, el dentista también te indicará qué tono de blanco es el que necesitas en función de la tonalidad base original de tu esmalte.

Tipos de blanqueamientos dentales

La principal diferencia que existe entre ellos es el modo de aplicación y los productos, que condicionan el precio. De este último factor también depende la duración del tratamiento.

Blanqueamiento por fotoactivación con luz LED

Para esta técnica se aplica un gel blanqueador sobre los dientes y una lámpara de luz LED que activa el producto. Este tipo de tratamiento solo aclara la parte del diente que ha sido cubierta con el gel y no tiene incidencia en la estructura dental. Por otro lado, si tienes la aparatología adecuada en casa puedes aplicarte tú misma este tipo de blanqueamiento.

De hecho, existen marcas que venden kits de blanqueamiento con luz LED para que puedas blanquearte los dientes sin pasar por la clínica hasta conseguir el blanco deseado. Los resultados se observan después de 24 horas y tiene un efecto duradero si se combina con una buena higiene dental. El precio puede ir de los 100 a los 150 euros por sesión.

Blanqueamiento dental en casa

A pesar de que la técnica se aplica en casa, es el odontólogo quien lleva el control. Des de la clínica, te encargan la férula adaptada a tu dentadura. Ya en casa, aplicaras gel blanqueador en el aparato y te lo colocaras en la boca durante el día o la noche.

El número de días que tengas que usar el molde serán los indicados por el dentista. Sus ventajas son, principalmente, la comodidad de usarlo en casa y el precio, que ronda los 250 euros por férula.

Blanqueamiento en clínica

Todo el proceso es supervisado por un odontólogo porque se realiza desde la misma clínica. Por esta razón, esta técnica es la más recomendada para los dentistas, puesto que garantiza mayor eficacia y seguridad.

Con una sola sesión ya se consigue rebajar el color amarillento del diente, pero para un mejor resultado se suele hacer una segunda sesión. Este es, sin duda, el blanqueamiento que ofrece mejores garantías, ya que la clínica cuenta con todas las herramientas necesarias para lograr buenos resultados.

Su precio es el más elevado, pudiendo llegar a más de 300 euros por las dos sesiones.

Mixto o combinado

Como su nombre indica, este tratamiento combina ambas técnicas, hecho que influye en su precio, superior al de las dos técnicas anteriores por separado. En este caso, el especialista encarga un molde adaptado a tu boca.

En función de las necesidades, te indicará el tiempo y la frecuencia de utilización del mismo, que pueden ir de las 3 a las 6 semanas. En este caso, es más recomendable usar la férula durante el día y no por la noche.

En conclusión, si quieres conseguir unos resultados perfectos, lo mejor es que pidas una revisión bucal con un especialista. En la clínica te orientarán sobre la técnica que mejor se adapte a tus necesidades.

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